-Usar el sentido común: Esto incluye obviedades, como no caminar solo de noche por lugares no concurridos, no tomar demasiado alcohol con gente desconocida, llevar encima sólo fotocopias del pasaporte y DNI, no subirse en el auto de cualquiera y tener siempre el celular con batería y a mano.
-Buen alojamiento: Buscar hoteles recomendados o avalados por alguna cadena; no sólo confiar en las fotos o las ofertas que muestra internet. Observar en un mapa la ubicación del hotel, para asegurarse que sea céntrico o al menos en un a’rea tranquila y segura.
-Llegada: Hay que procurar llegar a destino de día, ya que salir de un aeropuerto o la terminal y ubicar puntos estratégicos, puede ser mucho más complicado y peligroso de noche.
-Efectos personales: Hay dos cosas a las que hay que prestar especial atención: documentos y dinero. Lo ideal es que el hotel tenga caja de seguridad. Al salir no llevar DNI ni pasaporte, sólo fotocopias; el dinero que se tenga pensado gastar y la tarjeta de crédito escondidos en la ropa.
-Averiguaciones: ‘Estudiar’ lo más que se pueda sobre el lugar que se visitará: recomendaciones (se obtiene muy buena información en los foros), precauciones, sugerencias, lugares imperdibles, sitios para comer, para comprar, para salir de noche, etcétera.
-Turismo local: Para conocer bien un lugar, lo mejor es preguntarle a los gerentes del hotel, y a la oficina de Turismo. A su vez contar con un mapa y una guía de lugares para ir eligiendo los lugares más interesantes y organizar el viaje.
-Adaptación: Conocer la cultura del lugar hacer un viaje más agradable, especialmente en destinos exóticos. Tener en mente el lenguaje corporal y los hábitos del destino, puede ahorrar situaciones incómodas.
Sí se habla el idioma local mejor. Si no al menos aprender algunas palabras y frases básicas para poder entenderse mínimamente.
-La ropa: Para las mujeres lo mejor es llevar prendas discretas para no llamar demasiado la atención. Esto debe respetarse más aun si se visita Medio Oriente.
