Esta semana en la Fiesta Nacional del Sol en el stand del Ministerio de Producción y Desarrollo Económico, se realizarán dos degustaciones dirigidas por Adriana Turcato, de "Melones de Media Agua-San Juan". Estos melones cuentan con certificación oficial de su calidad derivada del origen geográfico y la tradición productiva de más de tres generaciones, según el registro otorgado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación como "Indicación Geográfica" el pasado 5 de diciembre de 2014.

Presentan como atributos diferenciales sensoriales, frente a Melones blancos o tipo Roció de Miel producidos en otras zonas del país:

*Jugosidad más elevada.

* Dulzor: atributo altamente valorado en el gusto del consumidor: "dulce", que lo hace sumamente apetecible.

*Es poco fibroso, poco ácido y con una apreciación global importante estimada por el panel entrenado.

*Su carne es firme.

*Posee en su pulpa notas a banana, durazno, sandía, ananá, kiwi, etc.

*Es aromático, predominando los descriptores en la cáscara a mango, frutos tropicales, incienso, vainilla y papaya entre otros.

Indicación Geográfica registrada

* Es un melón blanco, de forma redonda, grande (2-3 kg de peso), con piel color crema, lisa y suave, con o sin presencia de retículo.

* La pulpa es amarillo verdosa, muy jugosa, azucarada y crujiente.

* Es un producto estacional y fresco, disponible desde diciembre a marzo de cada año.

* Es cultivado integralmente al aire libre, aunque pueden utilizarse protecciones térmicas, como microtúneles, que se retiran pasados dos tercios del ciclo de cultivo.

Esas características derivan de la combinación de factores naturales: suelos franco a franco arcillosos que fueran antiguos fondos de lagunas (cola de los Ríos San Juan, Desaguadero, etc.) irrigados artificialmente con agua de deshielo de la cordillera de los Andes, traída por el sistema de riego del Río San Juan. El clima es árido-desértico de montaña, con grandes amplitudes térmicas estacionales y diarias que favorecen que los frutos concentren más los azúcares y alcancen una textura crujiente. En la zona caen menos de 100 mm de lluvia anuales, y el Sol se halla presente más de 300 días al año.

En lo que atañe a los factores humanos es relevante el manejo que realizan los productores: eligen la parcela y la nivelan para aprovechar el riego, arman los bordos, eligen el cultivar, hacen plantines, mulching, fertilizan, curan, cuidan el cultivo durante todo el ciclo (riegos, aporques, apicultura accesoria para favorecer el cuaje de frutos, etc.); y fundamentalmente, saben cortarlos en el momento justo de maduración, así como manipularlos, embalarlos y transportarlos con los cuidados que preservan su calidad desde el campo hasta a la mesa del consumidor.

Estos melones han sido y son cultivados año tras año (se registran antecedentes por lo menos desde 1920) en parcelas de 1 a 4 ha, por sucesivas generaciones de agricultores familiares, en su mayoría arrendatarios. Tienen maquinaria escasa, alquilada, prestada; insumos adelantados por intermediarios; mano de obra propia y familiar; canales de venta directa puestos sobre la Ruta 40 y convencionales. Muchos han logrado estructuras asociativas que les permiten un mejor aprovechamiento de los factores de producción y canales de venta más rentables.