Menor que delinque, expresión trillada en estos días. ¿Pero qué es un chico en conflicto con la ley penal?. Técnicamente, una persona menor de 18 años que comete ilícitos y puede quedar preso y ser condenado si el hecho es grave y el sospechoso tiene entre 16 y 18 años. Si acaso tiene menos de 16 años no irá preso ni será castigado, por más grave que sea el ilícito. En todos los casos -dice la ley- será preciso evaluar su conducta, su familia y su entorno para ver qué hacer. ¿Pero qué hacer con los menores que delinquen? ¿Qué hacer con los problemas que rodean a ese chico? ¿Qué hacer con la droga, cada vez más presente en esas víctimas? ¿Qué hacer con sus padres, que no los contuvieron? ¿Cómo evitar que en el futuro esos niños repitan el antimodelo del delito? ¿Hay que bajar la edad de imputabilidad y meterlos presos para lograr correcciones? ¿Qué debe hacer la sociedad? ¿Qué debe hacer un Estado responsable por lo menos para controlar el problema?

Esos y muchos más interrogantes exigen respuestas en la provincia dos siglos después de la revolución que erigió al primer gobierno patrio. Y todo indica que sólo una revolución en las ideas y las decisiones de los dirigentes, podría generar al menos respuestas más efectivas, porque hay más delitos cometidos por chicos y adolescentes, porque la edad de esos niños autores de delitos sigue en baja y porque cada vez son más agresivos, según la justicia.

El asunto sin embargo está envuelto en polémicas, como siempre.

Si bien el juez Guido Ramírez admite que en San Juan la espiral de delitos y menores involucrados está en aumento, la titular de la Comisaría del Menor, comisario Patricia Bazán, asegura que en esa sede policial se detectó que la cantidad de chicos vinculados a hechos ilícitos "bajó considerablemente" en los últimos 5 años.

Otra polémica: ¿bajar o no la edad de imputabilidad? Para el abogado Oscar Adárvez, si los delitos son graves y no hay contención familiar, habría que internar a los chicos para reeducarlos, y bajar la edad de imputabilidad a 12 años.

Otro tema que aparece muy ligado a las conductas criminales en menores es la droga. Lo admite la especialista en minoridad, familia y adicciones, la licenciada en psicología Mabel Rodríguez, quien incluso asegura que la cantidad de chicos con este trastorno estuvo en franco aumento en los últimos años. La droga, especialmente marihuana y pastillas, un problema que debe controlar el gobierno, en opinión de Juan Jofré, presidenta de la Comisión de Internos del Penal de Chimbas.

¿Y qué dicen desde el gobierno? El ministro de Desarrollo Humano, Daniel Molina, asegura que la provincia tiene el índice más bajo de la región en delitos juveniles. Y que, como nunca, ahora San Juan es una de las primeras en la prevención del delito con unos 3.100 chicos en riesgo aprendiendo oficios o capacitándose en empresas. Que también avanzó en la creación de centros de tratamiento para chicos con problemas con las drogas y para la reeducación de menores que delinquen. Y que una cuenta pendiente es quizá modificar leyes para lograr un sistema penal juvenil.

De todos modos, el Fiscal General de la Corte de Justicia, Eduardo Quattropani, considera que el sistema judicial de la minoridad en San Juan, llegará al Bicentenario como un "homenaje a lo primitivo, a lo arcaico, como una estructura del pasado que intenta, en vano, hacer frente a las necesidades de hoy".

OPINIONES

Carlos Guido Ramírez / Juez de Menores

Hechos en aumento

En los últimos tiempos se advierte que los hechos ilícitos cometidos por niños y adolescentes aumentó considerablemente, destacándose la disminución de la edad de los involucrados y una especial agresividad de los mismos.

Para enfrentar el problema de los niños en conflicto con la ley penal deben atacarse las causas que los llevan a esta situación. Las soluciones debemos buscarlas en los educativo, social, laboral y económico. Lo fundamental es poner énfasis en la prevención para que no lleguen al delito, tanto en la persona del niño como en los factores que inciden en su conducta.

Por otra parte, en una sociedad como la nuestra, decir o admitir que muchos padres se desentienden cada vez más de la vida de sus hijos, es tocar un tema sumamente delicado.

Eduardo Quattropani / Fiscal General de la Corte

Es lo primitivo

* El sistema judicial de la minoridad llegará al Bicentenario como un homenaje a lo primitivo, a lo arcaico, como una estructura del pasado que intenta, en vano, hacer frente a las necesidades del hoy.

* En verdad, conceptos como "El Interés Superior del Niño", "Política de la Minoridad", etc., en materia judicial solo constituyen frases huecas, discursos de ocasión.

* El sistema judicial de la minoridad necesita que hoy empecemos a ocuparnos de él, si es antes del Bicentenario, mejor.

Daniel Molina / Ministro de Desarrollo Humano

Avances históricos

San Juan cuenta con el índice más bajo de la región en delitos juveniles. A partir de la ley 26.061, la provincia creó, como nunca antes, un dispositivo de tratamiento de las principales problemáticas vinculadas al delito juvenil. Creó tres centros de tratamiento para adolescentes en conflicto con las drogas donde se atienden a más de 100 jóvenes. Creó la primera comunidad terapéutica de reeducación para sacar a menores ligados al mundo del delito. San Juan es una de las primeras provincias en avanzar en la prevención del delito, con más de 2.100 chicos de sectores vulnerables aprendiendo oficios y otros 1.000 capacitándose en empresas.

Oscar Adárvez / Abogado

Imputables a los 12

En el contexto social actual, los chicos no tienen respeto por la autoridad paterna y quedan expuestos a los disvalores de la calle. Entonces hay que atacar ese contexto, pero «a Dios rogando y con el mazo dando», sobre todo en casos de menores ligados a delitos graves. Pienso que se debe bajar la edad de imputabilidad hasta los 12 años, como en otros países desarrollados, porque los niños tienen conciencia de que delinquen. Incluso en casos graves en los que la familia no garantice contención, deberían internarlos y someterlos a un régimen de educación estatal para recuperarlos. Con los menores no se debe hacer demagogia.

Patricia Bazán / Comisaría del Menor

Menos implicados

La participación de los menores en el delito se incrementó a partir de la década del noventa, con las políticas neoliberales y la desarticulación de redes de contención social, que fueron acompañadas de las adicciones y del consumo de alcohol, entre otras. En el año 2000, las estadísticas sobre esta participación de menores en comisión de delitos mostraban tendencia a seguir en aumento si no se materializaban políticas de prevención y políticas sociales.

A partir del año 2004, existe una política de Estado que priorizó a los niños y a la familia, donde las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales coordinan acciones con la finalidad de recuperar a través de la medida socioeducativa, a los niños y adolescentes con la ley penal y los niños en riesgo. Del 2004 a la fecha, la participación de menores en el delito bajó considerablemente, como también los casos niños en situación de riesgo.

Juana Jofré / Comisión de Madres de Presos

Lo grave es la droga

Es muy grave el problema de los chicos porque no tienen la contención que deben tener, sobre todo por la falta de trabajo y el tema de la droga, que es grave. Creo que los chicos que cometen delitos bajo efectos de la droga no deberían ir a una cárcel ni a una comisaría, si no a una comunidad terapéutica para desintoxicarlos, hay que obligarlos a realizarse un tratamiento para que salgan de la droga. Todos los mayores somos responsables y debemos ayudarlos. Y el gobierno debe ocuparse urgente de controlar y solucionar el problema de la droga.

Mabel Rodríguez / Psicóloga

Fallan los modelos

Creo que fallan los modelos, que son los padres. Que tienen falencias porque carecen de valores con respecto a la cultura del trabajo, del esfuerzo. Los padres deben poner límites y dar contención. Y desde el gobierno, más que dar beneficios a los carenciados y elementos de consumo, deberían dar herramientas de trabajo. Que la familia aprehenda a desarrollar potencialidades trabajando por su bienestar. Que construyan cosas con sus propias manos. Esto servirá de modelo a los hijos para evitar que busquen el placer inmediato en obtener cosas de manera ilícita. Asimismo, la obligación de ir a la escuela debe ser efectiva para evitar que el hijo deambule sin control. En casos de delitos graves hacen falta más sanciones y que efectivamente sean cumplidas, por chicos y padres. Hay que concientizar a la familia sobre las consecuencias del consumo de drogas, y organizar más internados para los adictos porque hay un aumento de chicos con este trastorno.