Las reflexiones de estos días se centran en las actitudes y políticas que muchas veces se desvían del sentimiento de la gran mayoría de los argentinos. Los mensajes navideños reflejaron tales preocupaciones ante los grandes temas nacionales, algunos cuestionados por sus tintes ideológicos y garantistas.

Los principales referentes de la Iglesia lo hicieron en la tradicional Misa de Gallo. El cardenal Jorge Bergoglio, cuestionó el aborto y el matrimonio gay, sustentados en cuestionados derechos humanos que buscan torcer la naturaleza humana. Manifestó que "las oscuridades de la familia pretenden solucionarse con más oscuridades”, y pidió a los argentinos que "se dejen querer por el amor tierno, tan de madre y de padre con el cual Dios se manifiesta”.

Por su parte, el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, alertó sobre la pobreza. "Hay muchos hermanos nuestros que viven en circunstancias de carencias materiales y espirituales”. "Nuestra mirada se dirige en este día a Jesucristo, que nació en la humildad y el silencio para enseñarnos el camino de Dios. Pero no podemos dejar de mirar esa otra realidad tan cercana y dolorosa, "que es la situación de muchos hermanos nuestros”.

Son los temores por el drama de la pobreza, la desocupación y la marginalidad y del flagelo de la droga, del aumento del juego, el clima de inseguridad y el desprecio por la vida; el negocio de la tratas que avanza sobre la adolescencia, sin una suficiente reacción moral en la comunidad.

Son problemas para las nuevas generaciones, que no encuentran la necesaria ejemplaridad ni el camino de una propuesta que les presente la grandeza y el sentido de una vida fundada sobre la solidez de la verdad y la solidaridad.