Como un superhéroe que perdió su capa quedó Lionel Messi tras su tercera decepción con el escudo de AFA sobre el pecho en junio pasado. Llegó a decir ‘basta para mi y casi basta para todos‘. Quedó sentido, se marchó a vacacionar. El hashtag #notevayasLio se hizo tendencia y la mano empezó a cambiar.

El ‘Patón‘ Bauza le llevó su capa a Barcelona y el capitán argentino terminó de recapacitar. La ‘Pulga‘ rosarina anudó el pedazo de tela imaginario a su cuello, se calzó la 10 y volvió a jugar con la camiseta que nunca dejó. Apenas su platinado cabello se asomó en el Malvinas Argentinas, encabezando la fila de futbolistas argentinos que saltaron al campo para realizar el calentamiento previo, el pueblo mendocino lo ovacionó, y tiñó de blanco luz de celular los cuatros costados del estadio.

Todavía vive fresco en el recuerdo por Cuyo las dos conquistas de casi cuatro años atrás contra el mismo rival, el último con una pincelada maestra propia de un crack. Ratificó así el astro rosarino que en Mendoza juega de local. ‘Lio, gracias por tanto, perdón por tan poco‘, rezó un trapo colgado en la platea descubierta. Una frase que por remanida no dejo de ser certera.

Un poco mas enfática, en otra bandera se leyó: ‘Leo nunca nos abandones, no somos nada sin tu magia‘. Messi terminó de acomodarse así, en la helada noche de Mendoza, la parte intangible del traje que le de el poder, que lo hace volar. Se llevó del Malvinas Argentinas una ovación que no olvidará. Volvió a ser el superhéroe de una causa cada vez más difícil, la de festejar con la albiceleste. Con este ‘regreso‘, sin dudas, demostró que al menos lo intentará.