Por mes el Estado asiste, en promedio, a unas 480 personas adictas. En el 90% de estos casos la adicción pasa por mezclar bebidas alcohólicas con pastillas que sólo deberían conseguirse con prescripción médica, especialmente ansiolíticos. Además, el 62% del total de estas víctimas tiene entre 12 y 18 años, es decir, son menores de edad. Estos son algunos de los datos que maneja el Ministerio de Desarrollo Humano y que comenzaron a registrar desde mediados del año pasado cuando entraron en funcionamiento las Unidades Municipales de Asistencia en Adicciones (UMAA), en los 19 departamentos. Antes, no había datos disponibles. Hasta ahora, cerca de 3.000 personas concurrieron mensualmente a los municipios para consultar sobre la asistencia gratuita de esta afección.
El policonsumo de sustancias adictivas afecta a la mayoría de las personas que son asistidas por el Estado. Todas se inician consumiendo marihuana en mayor o menor medida, pero se agrava cuando ascienden varios peldaños en la adicción. Así, llegan a mezclar bebidas alcohólicas con psicofármacos. Este cóctel genera un efecto casi inmediato de euforia (por eso es muy común en los boliches) pero, si se consume de manera excesiva, puede provocar un estado de coma e incluso la muerte.
’El 90% de los casos asistidos se debe a esta combinación peligrosa. La razón puede ser que ambas sustancias se pueden conseguir con facilidad porque, si bien los ansiolíticos sólo se venden bajo prescripción médica, es común que algún miembro en la familia los consuma y los chicos tengan acceso a los mismos’, dijo Marcelo Bartolomé, director de Niñez, Adolescencia y Familia, área que maneja la asistencia y tratamiento de adicciones.
Otro dato es que de los 480 casos de adicción asistidos mensualmente, el 62% corresponde a chicos de entre 12 y 18 años, lo que indica, según dijo Bartolomé, que cada vez es más baja la edad de las víctimas de este trastorno. El 19% tiene entre 18 y 25 años; el 13% entre 25 y 30; y el 6% restante es mayor de 30 años. Del total de casos el 80% corresponde a varones y el 20% a mujeres. Además, ninguna de estas víctimas buscó ayuda voluntariamente en las UMAA, sino que lo hizo alguien de su entorno, ya sea un familiar o un miembro de su comunidad.
Desde que el año pasado Desarrollo Humano descentralizó la atención y asistencia de casos de adicciones en los municipios, más gente se animó a consultar y a buscar ayuda sobre esta problemática. Antes, cuando esta asistencia sólo se brindaba a nivel central en esa cartera, había sólo en promedio unas 70 consultas mensuales. Ahora fueron casi 3.000 las que se registraron al mes, aunque ninguna corresponde a una persona afectada por este trastorno, sino a allegados que buscan la forma de ayudarla, en su mayoría miembros de la comunidad.
COMPROMISO COMUNITARIO:
De las 2.875 consultas, en promedio, que se recibieron mensualmente en las UMAA sólo 386 fueron realizadas por algún familiar; en tanto que las restantes 2.489 fueron hechas por docentes, párrocos, médicos o miembros de las uniones vecinales, entre otros. ’Esto demuestra que toda la comunidad se está involucrando y colaborando para terminar con este flagelo. Tiene mucho que ver que los equipos interdisciplinarios que se desempeñan en la UMAA no sólo atienden los casos en los municipios, sino que también trabajan en la prevención de las adicciones dando charlas y talleres para los jóvenes y sus padres en escuelas, parroquias, clubes y uniones vecinales, y está dando buenos resultados’, concluyó Bartolomé.
La UMAA que funciona en Santa Lucía fue la que recibió la mayor cantidad de consultas sobre adicción, con un promedio de 420 por mes. Siguen las que funcionan en Capital, con 409; Rawson, con 301; Rivadavia, con 275; Caucete, con 265; Chimbas, con 257, Jáchal, con 135; y Angaco, con 119.
En tanto que Calingasta fue el departamento donde menos consultas realizaron sobre esta problemática. Tuvo un promedio de 38 consultas por mes, y se ubicó en último lugar luego de Valle Fértil, con 43; Zonda, con 49; Iglesia, con 53; San Martín, con 54; Ullum, con 55; 9 de Julio, con 65; Sarmiento, con 76; Albardón, con 78; 25 de Mayo con 91; y Pocito, con 92.
