Sin dudas que un hijo representa lo máximo en la vida de cualquier persona. Pero Nicolás, el pequeño de 9 años, representa eso y mucho más en su papá, David Páez, quien trata de compartir todo con su heredero y se lo nota emocionado cuando se despacha en elogios para con él. “¿El momento más importante de mi vida? Sin dudas fue el nacimiento de Nico. Mi hijo me cambió la vida, es una etapa que no me voy a olvidar nunca. Nico está por encima de todo, no hay logro deportivo que se compare con lo que él representa. Mi hijo es mi vida, por el vivo y por él sigo jugando al hockey”, comentó David que recordó una charla que tuvo con el chiquito hace un tiempo y por la cual decidió continuar en este deporte al menos un año más: “Hace poco veníamos conversando en el auto y el me dijo que lo hacia feliz verme jugando al hockey y si bien la decisión de seguir o no quedaba en mí, opté por continuar un año más únicamente por él. Hay muchas cosas que ya no me motivan para seguir jugando, pero si Nico es feliz, lo seguiré haciendo”, destacó. El nene heredó todo de su papá. Desde los ojos y rasgos físicos hasta su pasión por el hockey y ese es otro motivo para que el “Cachi” se llene aún más de orgullo del jugador de la Escuelita de Banco Hispano: “Me pone muy contento que él haya elegido este deporte. No lo presiono: como padre me siento en la tribuna a verlo y quizás cuando estoy con él trato de corregirle algunas cositas para que entienda. Siempre le digo a Nico que a la única persona que le tiene que hacer caso es al técnico. Eso trato de inculcarle: que los que mandan son los técnicos y los padres estamos para apoyarlos y nada más” comentó quien sin dudas y a pesar de no decirlo, sueña con ver triunfar a su pequeño.
