La reciente visita de Alejandro Lerner a la provincia de San Juan -además de endulzar al público de Albardón con sus canciones-, tuvo un plus peculiar para el microplaneta íntimo del artista. A diferencia de las veces anteriores, para la ocasión llegó con un flamante título de papá primerizo bajo el brazo. Sucede que el prolífero Lerner se enamoró de Marcela García Ibañez -una de las coristas de su staff de músicos- hace más de 6 años, contrajo matrimonio -en secreto- un 17 de julio de 2006 y posteriormente nació su primera hija Luna -el 15 de octubre del año pasado y a la que le compuso un tema homónimo que describe su gestación-. Si se quiere, dejó de ser un solista habitual y se transformó en un trío. "Pero por ahora…, porque puede ser cuarteto", vaticinó a DIARIO DE CUYO durante el backstage del show que dio posteriormente y compartiendo también su grato deseo de reestrenar paternidad.
"Es otra cosa, otra vida. Antes venía como artista y ahora vengo como padre. Esa sensación de ver que uno ha plasmado a un ser humano y que lo vas descubriendo día a día es maravilloso. Así como ver que ella también te va descubriendo a vos y se despierta la interacción con sonrisas y caritas", contó emocionado. Como buen líder de familia, Ale delineó su rol dentro de los suyos y perfiló sus renovados intereses. "Ahora vas sintiendo que te convertís en un protector de tu familia. Ya no pasa mi necesidad solamente por el éxito, mi trabajo o mis canciones. Ahora tengo una familia que sigue mi vida. Dejó de ser un proyecto mío, ahora es compartido". Mientras Luna Lerner dormía en el hotel en su cunita y soñaba con los angelitos, su famoso papá y su bella mamá, se preparaban para salir a escena, junto a toda su banda, "los tíos locos de Luna", dijo el famoso cantautor. "Ojo. Ahora está descansando, pero le encanta el micro y andar en auto. Se banca todos los viajes de la gira (Sueños de Elefante, que comenzó el 14 de enero a transitar por todo el país). Y…es la hija de dos artistas. Ya tiene en la sangre las moléculas de la vida que va a tener", aseguró su enternecido papi que, como todo primerizo, aprende a los golpes. "De a poco estoy aprendiendo a cambiar pañales", concluyó con risas y ante la atenta y cómplice mirada de su mujer.
