Es un mundo especial
donde languidecen los recuerdos
y se duermen los rencores.
Entre imágenes de artistas
y sonrisas de difuntos.
Son eternos mis bailarines
de cabellos cristalinos
y empeines prominentes.
¡Giro y miro! Miro y veo
Miro y veo tu rostro tan querido
cual faro encendido
en un mar de sonidos consagrados.
Con tus simples pensamientos
y mis útiles presagios…
señalamos nuestro destino:
el bailar eternamente.
Es un mundo tan pequeño
este claustro tan querido
que me marca con sabiduría
todos los días de mi vida.
Yo me siento semiviva
en tu mundo especial…
pues donde tú, hoy no estás
habito yo…
