�Quienes trabajaron con Michel Temer dicen que él es una persona serena y posee un trato poco común entre los políticos brasileños: la paciencia para escuchar a aliados y adversarios con el mismo interés.
El desafío que tendrá por delante quita el aliento. Brasil está inmerso en su peor recesión desde la década de 1930, por lo que deberá tomar decisiones rápidas para restaurar la confianza en el país.
Este hombre de 75 años tiene algunas características inusuales. Padre de cinco hijos y casado con una exreina de belleza 43 años más joven que él cuyo nombre se tatuó en el cuello, publicó un libro de poesía, cuyos versos fueron plasmados en servilletas de aviones en sus viajes entre Brasilia y Sao Paulo.
Temer muestra un perfil bajo, pero es vanidoso. Hace siete años se operó la nariz para corregir una desviación, aunque él mismo reconoció que lo ayudó a mejorar su apariencia.
El ‘político poeta‘ será presidente hasta el fin del mandato de Rousseff, en 2018. Temer ha dicho que no se presentará en esa elección, algo que no sorprende ya que una reciente encuesta de Datafolha mostró que solamente el 1 por ciento de los consultados lo votaría. Temer, el octavo hijo de unos inmigrantes libaneses que llegaron al país en 1925, comenzó su carrera política en la década de 1960 como asesor en la secretaría de Educación del gobernador de Sao Paulo Ademar de Barros, uno de los políticos que inspiraron la frase ‘Roba, pero hace‘.
