La roca era extraída de la galería de la mina, luego llevada al exterior. Se depositaba sobre un típico carro minero y aquí era donde aparecía el pequeño-gran pottoka. Este salvaje caballo de pequeña envergadura o poni, era atado a los carros mineros para transportar las rocas hacia las zonas de molienda. Según la historia del País Vasco y Navarra, la industria minera creció y se desarrolló a lomo de poni en estas zonas de la Península Ibérica.
Estos increíbles equinos habitan los territorios montañosos de la Cordillera Cantábrica, en la Península Ibérica, y los Pirineos occidentales. Según la actual Federación de Criadores de pottoka, en el pasado se utilizó a este animal no sólo como tractor de vagones mineros, sino también para labores de labranza y tiro en los caseríos. Además se usaba su fuerza para limpieza de yuyos, pastos de montaña, trillada de cereales y como suministro de carne.
La altura media de este importante animal para la zona cordillerana ibérica oscila entre 1,25 metro en las hembras y 1,23 metro en los machos. El pequeño caballo posee una cabeza con un perfil armonioso, piramidal y proporcionado. El color característico y tradicional de este poni es el negro o castaño muy oscuro. Los pottokas de pura raza son de color totalmente negro y las variaciones castañas son síntomas de mestizaje.
Según la Federación de Criadores de la región Cantábrica, estos importantes e históricos animales pueden definirse como muy resistentes, rápidos, rústicos, fuertes, dóciles y aptos para la caza, monta, paseos y saltos de obstáculos. “Han sido precisamente estas últimas funciones las que están ayudando a que esta raza no desaparezca, a pesar de encontrarse durante mucho tiempo en peligro de extinción por el uso y abuso que se hizo de este animal. Durante mucho tiempo fue explotado, cazado, etc. Y más allá de que su fuerza y resistencia sirvieron para desarrollar industrias como la minería, hoy por hoy sólo pretendemos cuidarlo”, aseguraron fuentes de la Dirigencia de la Federación Cantábrica de Criadores del Pottoka a un sitio web.
Este pequeño gigante asociado a la industria minera cantábrica posee cinco clases o razas distintas: el “Garrano” de Portugal, el “Caballo galaico” o más conocido como “Caballo gallego”, oriundo del monte de Galicia; el “Asturcón” de Asturias y la “Pottoka”, específica del País Vasco y Navarra, donde es especialmente criado.
Estos equinos son originalmente salvajes. Corren libremente por las montañas del País Vasco en manadas, liderados siempre por una hembra alfa, secundada siempre por un macho líder. Su historia dentro de esta rica región ibérica es tan profunda, que los primeros indicios de la existencia de estos ponis se encuentra en jeroglíficos pintados en el interior de cuevas prehistóricas como la de Santimamiñe en Vizcaya, o la de Ekain en Guipúzcoa, ambas dentro de la zona del País Vasco y la zona de Navarra. El pottoka es un animal increíble que posee una larga historia y por sobre todo un gran futuro gracias a las personas e instituciones que desde hace años se preocupan por conservar a este caballo pequeño en la región cantábrica.
