Después de las sorpresas del 14 de agosto, este domingo vuelven las urnas a protagonizar aquí un día de elecciones. Son los fragores que en la Capital mendocina y en el centro del gélido Valle de Uco, en San Carlos, permitirán elegir intendentes y la mitad de los concejales. Será a puro debate vecinal, lejos de los arrastres y mochilas de las fórmulas nacionales y provinciales. Y si los dioses de la urna no deciden lo contrario, todo parece indicar que la sonrisa de la re-reelección puede animar a Víctor Fayad (un caudillo radical de predicamento en la capital mendocina, distanciado de la conducción de la UCR) y a Jorge Difonso (demócrata del PD, de varias gestiones seguidas en San Carlos). Los dos decidieron hace tiempo separar sus feudos de las elecciones del 23 de octubre, para hacer valer en sus barrios el peso de sus aparatos y gestiones y no quedar entrampados en los sinsabores del arrastre de Cristina, la palidez de Alfonsín o el frente que pacientemente parecen estar engendrando los socialistas de Binner (que aquí, al menos, andan en coqueteos con la UCR que encabeza Roberto Iglesias, el ex gobernador y candidato para el 23 de octubre). Unos y otros en un claro slalom para eludir la catarata de la Señora, que ya avisó el 14 de agosto o para guarecerse bajo el dulce arrastre.
La minería en días de elecciones
Pero esta semana fue aquí patética desde lo político y complicada desde la estrategia económica (la inversión minera, concretamente). Se exhibieron una seguidilla de intendentes, dirigentes partidarios, candidatos, legisladores, todos en idas, vueltas y con entramados inciertos.
El vicegobernador Cristian Racconto -enfrentado a Celso Jaque y ahora alistado con los "federales" de Duhalde- sumó una exhibición del "borocotismo" lugareño, pateando al candidato a gobernador de su lista (un "duhaldista", José Michelli) y arreglando de urgencia y entre gallos de medianoche con la fórmula radical para la gobernación. Anoche salió el candidato de la UCR a dar marcha atrás en ese "arreglo" y dejó a Racconto desnudo en la selva y sin flechas.
Hubo intendentes radicales que finalmente se enrolaron con la fórmula provincial de la UCR para el 23 de octubre, después que intentaron separar sus elecciones barriales para evitar la mochila de Alfonsín (que en las primarias no pasó del 12% contra un 47% de Cristina, por ejemplo), como hizo Fayad en la Capital. E Intendentes peronistas (que el año pasado se querían despegar del matrimonio K por el desprestigio del verano del 2010) y que ahora juran por todos los santos su lealtad a Cristina, tras el inmenso "Efecto Arrastre" de la Señora.
Hubo en estos días nietos de Irigoyen que intentaban explicar que "los radicales K de Cobos ya volvieron a casa", mientras Alfredo Cornejo (uno de los impulsores del radicalismo K) traba cariños con los socialistas de Binner, para que estos sumen a la boleta de la UCR en la provincia. Y hay descendientes de los conservadores demócratas que siguen tramando el arreglo con la familia Rodríguez Saá, los "hacedores" del condado puntano.
Así, presionados por los ambientalistas anti-mineros (han conseguido una gran adhesión popular contra la minería a cielo abierto), radicales y peronistas terminaron bochando el proyecto minero San Jorge. Son los canadienses de la Coro Mining, que tienen en franela burocrática desde hace 5 años su propuesta de extraer roca cuprífera en Uspallata (casi junto al límite con Calingasta, San Juan).
Su enorme expediente fue sin anestesia al archivo legislativo. El mismísimo candidato PJ-K, Paco Pérez, que hasta 15 días fue ministro de Jaque y que firmó el informe de impacto ambiental de San Jorge cuando lo enviaron a Diputados, salió a quemarlo en público. Hace 2 meses todos, radicales y peronistas del oficialismo pregonaban que "negar la minería es un absurdo, hay que controlarla con un Estado capaz".
El propio candidato peronista, Paco Pérez, antes de ser ministro de Jaque fue abogado de un estudio que atendía intereses mineros y hoy lucha contra la popular y su fama de pro-minero. Por eso, irresoluto y transpirando, anunció en la campaña que "la cuestión minera la resolverá la gente" y prometió que si es gobierno llamará a asamblea popular, al mejor estilo del soviets chinos. Que es lo mismo que hizo Cobos en el 2006 cuando -en medio de sus negociaciones con Néstor para la Vicepresidencia- guardó el violín minero en la bolsa, cuando le zapatearon desde el Valle de Uco, después de haber enviado a Toronto a invitar a las corporaciones mineras. Hasta ayer, los alfiles de Gioja les arrimaban propuestas para que los canadienses vengan a invertir en San Juan: o trayendo la roca a procesarla en Calingasta o directamente para que traigan todo el paquete a operar en algún yacimiento sanjuanino.
