Santiago de Chile, 15 de agosto.- Tras una semana de constantes sondeos en la mina San José, los trabajos de perforación y exploración entraron ayer en su etapa final para tratar de contactar a los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad por el derrumbe ocurrido el jueves 5 de agosto.
El ministro de Minería, Laurence Golborne, anunció que tras el análisis de los expertos, se decidió suspender el funcionamiento de las dos máquinas que más profundidad han alcanzado. Son la que está dirigida hacia el taller (que llegó a 523 metros), y la que está sobre el refugio. Ahora es necesaria una mayor precisión para no incurrir en errores de desviación, lo que retrasaría la operación.
Para evitar este escenario, se usarán dos equipos de 3×3 m de largo, denominados downhole motor, que se acoplarán a la diamantina en la punta de la broca, con lo que se busca aumentar la precisión y direccionamiento de la perforación.
La maquinaria, que pesa entre 270 y 350 kilos, proviene de la ciudad de Perth, en Australia, y de Arizona, en EE.UU. Debido a lo avanzado de esta tecnología, también viajarán desde esos países los operarios para manipularlas.
Según el ministro, "el cambio de una máquina a otra es de 24 horas para hacer el encamisado (recubrir de metal el orificio). Es un trabajo muy delicado, que hay que hacer con cuidado". Golborne agregó que se está avanzando de acuerdo con lo presupuestado y que el término de la operación podría ser el lunes o martes. Esta noticia no cayó bien a los parientes de los trabajadores, quienes en una tensa reunión realizada poco antes de estos anuncios increparon al ministro.
No es la única vía de rescate que se analiza: existiría una nueva chimenea en el interior de la mina a la que se podría llegar por un bypass en la rampa.
El descubrimiento se hizo gracias a los detalles entregados por los trabajadores de la mina, pues en el plano no estaba clara su posición. Los rescatistas, que ayer llegaron a 345 metros por la chimenea, explorarán el sitio para determinar si es posible bajar, dado que de manera preliminar se sabe que no estaría afectada por el derrumbe y su profundidad llegaría hasta el nivel 240. Llegará un grupo de 10 expertos en la utilización de cuerdas para el descenso.
El plan si hay contacto
Una vez que se logre perforar la losa, se sacarán las diamantinas, se tendrá que "encamisar" nuevamente para lograr enviar las cámaras y las "palomas" que contendrán agua y alimentos.
Según la estimación de los expertos, el proceso para bajar estos equipos demorará entre ocho y 12 horas, pues hay que sacar cerca de 20 toneladas de acero.
Si se logra hacer un primer contacto, se les enviarán palomas con luces led, autocargables por dínamos, para que no se encandilen y tengan problemas a la vista por el tiempo que estén en la oscuridad. También se enviará agua con suero. Luego bajarán cámaras, mediante las cuales médicos los diagnosticarán desde la superficie.
Si se determina que pueden valerse por sí mismos, se bajaran alimentos que serán distribuidos por ellos según sus necesidades, para sustentarse hasta que sean rescatados.
