Buenos Aires, 7 de febrero.- Daniel Passarella no la pasó bien en Isidro Casanova. Cuando se disponía a ver el partido ante Almirante Brown muy cerca de la popular de River, un grupo de hinchas lo divisó y comenzó a insultarlo, a él y al resto de los dirigentes que lo acompañaba. Sin embargo, “El Kaiser” se llevó la peor parte.

Como si fuese una paradoja, al presidente de River lo acusaron de “hincha de Boca” en un cántico seguido con insultos. Luego, vino el grito de guerra para que “se vayan todos”. Ante el pedido de la seguridad encargada del partido, Passarella debió dejar el lugar y retirarse a otro más seguro, en un pulmón que separaba a ambas parcialidades.

Desde allí vio el partido, no sin antes intentar estar en el palco de la platea de Almirate Brown, pero no lo dejaron por los problemas que eso podía acarrear. Passarella vio cerca del alambrado la igualdad de su equipo ante Almirante Brown y abandonó el estadio a 15 minutos del final.