-¿Existen actualmente aplicaciones prácticas de este tipo de soluciones?
-Por el momento, el proyecto aún está abierto y queda mucho por hacer antes de que estos compuestos puedan funcionar en la práctica clínica. Esperamos que en un futuro las técnicas que estamos desarrollando puedan aplicarse para implantes y rellenos óseos en lesiones como fisuras y fracturas. No obstante, el estudio de la estructura y porosidad del hueso, por ejemplo, ya está teniendo aplicaciones interesantes en otros proyectos.
 
-Conseguir la ayuda “Marie Curie” de la Comisión Europea es el sueño de muchos investigadores. ¿Confiaba en obtenerla?
-La verdad es que tenía muy pocas esperanzas de conseguirla, porque supone competir con investigadores de toda Europa y el nivel es alto, así que cuando me la concedieron me llevé una alegría muy grande. Ahora ya pienso en cuando termine el proyecto, en abril del año que viene, para mirar qué convocatorias hay, tanto aquí como en España. Me encantaría volver, pero si no es posible, iré donde haya oportunidades. Es lo malo de este negocio, que siempre hay que buscar proyectos para poder continuar.