El sacerdote Nicolás Alessio, quien fue sancionado por el Arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñañez, con la prohibición de ejercer el sacerdocio por su apoyo público a la ley que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo, concelebró ayer una misa en la puerta de su iglesia, en barrio Altamira de la capital.
Rodeado por un grupo de religiosos a los que presentó como "curas casados" y con la asistencia de numerosos fieles, Alessio inició el oficio en la puerta de la parroquia San Cayetano tras precisar que se trataba de "celebrar la diversidad de la vida", al tiempo que cuestionó la sanción que le aplicó el titular de la diócesis.
Previamente se dieron a conocer varias adhesiones a la actitud asumida por el sacerdote, quien junto a los doce curas -algunos en ejercicio y otros retirados- que integran el Grupo Sacerdotal Enrique Angelelli, firmó días atrás una declaración apoyando el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Antes de comenzar la misa, uno de los miembros del grupo, Adrián Vitale, quien se presentó como "cura casado", criticó también la actitud de "negar lo que con toda libertad y responsabilidad hemos firmando a favor del matrimonio homosexual".
"Más allá del tema puntual en cuestión, que se puede y debe seguir debatiendo, de ninguna manera se puede aceptar el intento de silenciar o censurar la libertad de expresión, la libertad de opinión de acuerdo a las propias convicciones", agregó.
Vitale consideró "una exageración la prohibición al padre Alessio de ejercer el ministerio sacerdotal por pensar diferente a la jerarquía eclesial", pues "ni siquiera al padre Grassi ni a monseñor Storni, condenados por abuso sexual, se les ha prohibido celebrar los sacramentos".
"La Iglesia, hoy más que nunca, debe caminar hacia el diálogo, la colegialidad, para asumir con respeto seriamente, los desafíos de la sociedad de hoy", agregó, señalando que "la Iglesia debe dejar el miedo a perder el poder, la autoridad está en la humildad para buscar la verdad con los hombres y en el servicio".
El oficioso religioso estuvo a cargo de Vitali y fue concelebrado por Alessio, quien cuestionó nuevamente al arzobispo Ñañez, "de quien soy amigo en lo personal -aclaró- y tal vez por eso entiendo menos esta actitud que tomó como obispo".
Entre las adhesiones recibidas mencionaron las enviadas por las diputadas nacionales Carmen Nebreda y Cecilia Merchán, de la legisladora provincial Liliana Olivero, del secretario de Derechos Humanos del municipio local, Vitín Baronetto, del Frente Cívico y Social y de las agrupaciones Libres del Sur y Barrios de Pie, entre otras.
