Ginóbili, Oberto, Nocioni, Herrmann, Delfino. Un equipo. ¡Qué equipo! ¿Qué tienen en común éstos cinco jugadores? Que fueron las bajas más notorias que tuvo la selección Argentina de básquetbol en el Premundial de este año en Puerto Rico. Pese a ello y a algunos fantasmas sobre la convivencia interna entre la Generación Dorada y el técnico, Sergio Hernández, el objetivo de llegar a Turquía 2010 se logró. El que cargó con el peso del equipo no fue otro que Luis Scola, sin dudas el sucesor de Manu cuando el bahiense no siga en la albiceleste, algo que probablemente ocurra post torneo ecuménico.
Para ir al país boricua, el Oveja debió arreglarselas con lo que tuvo y pudo. Basó su juego en el alero de los Houston Rockets y en los aportes desde la base de Pablo Prigioni, un jugador que esta vez sí hizo olvidar al gran Pepe Sánchez. Además, vio en el pivot Román González y el escolta Federico Kammerichs, dos aportes importantes. No pudo ser de jugar el choque decisivo porque Brasil, con todas sus estrellas, se lo impidió en semifinales, aunque la medalla de bronce se vino para nuestro país luego de superar por el tercer puesto a Canadá.
Ya sobre el final del 2009 llegó el momento del sorteo para el Mundial y ahí la satisfacción, mesurada, por conocerse que en el mismo grupo que el campeón olímpico en el 2004 estarán Serbia, Australia, Alemania, Angola y Jordania. Lo complicado, según comentó el propio entrenador de Peñarol, vendrá en el cruce de cuartos en caso de no ser primero o segundo. Aunque lo más destacado del año fue la tranquilidad que deja una selección que más allá de las ausencias, mantiene su mística intacta.
