Vender fuera de Argentina para las economías regionales es cada vez más difícil. Argentina tiene un problema y es la inflación de costos elevada con cifras, según las entidades empresarias, que superan el 30% anual.
Además el tipo de cambio permanece chato y en consecuencia los precios de nuestra oferta exportable en el exterior son relativamente más caros en mercados como Brasil, Rusia y la Unión Europea donde hubo devaluaciones, sobre todo frente a países competidores que sí ajustaron sus monedas como Sudáfrica, Chile y Perú, entre otros.
Por ejemplo Rusia devaluó el rublo entre enero y diciembre de 2014 un 70%. Así el dólar estadounidense pasó de 33 rublos a 56, marcando una pérdida del poder de compra de la moneda de la Federación Rusa, según informara el Instituto de Investigaciones Económicas del Sociedad Rural Argentina esta semana.
En el caso de la Unión Europea, desde junio pasado del 2014, el euro equivale cada vez a menos dólares y si bien en julio y octubre parecía que habría una recuperación, hoy las perspectivas marcan claramente su baja, encareciendo en precios relativos los productos del exterior en relación a países que no ajustan sus monedas al efecto. Además la inflación de precios en el viejo mundo ronda el 2% anual.
Oferta
Otro aspecto parece ser el hecho de observar mercados muy ofertados por naciones como Sudáfrica y Perú fundamentalmente. Este último multiplicó por diez sus envíos al exterior en las últimas campañas. Con Chile hay un caso especial, ya que si bien se redujo los envíos un 13%, los retornos por precios mejoraron alrededor del 48%.
Pero según reportes de mercados de las principales empresas exportadores locales, se esperan menores llegadas globales de fruta, aunque siempre en volúmenes muy elevados y superiores a los de años previos, sobre todo de naciones como Sudáfrica y Namibia. Esto en algunos mercados europeos obligaría a bajar precios para agilizar las ventas para reducir los stoks.