Con un meritorio décimo segundo lugar cerró su debut en los Juegos Olímpicos el piloto sanjuanino Gonzalo Molina. El joven de 21 años, fraguado en largos y solitarios entrenamientos en la pista que el Club de Bicicross San Juan tiene en Villa Krause, se codeó con los mejores del mundo y su desempeño no desentonó. Su esfuerzo quedó en las semifinales: fue séptimo en la primera carrera, cuarto en la segunda y quinto en la tercera, para quedar sexto en la general de su manga clasificatoria con 16 puntos, por lo que no pudo quedar entre los ocho mejores. De su grupo clasificatorio pasaron el australiano Sam Willoughby, el estadounidense Connor Fields, el holandés Niek Kimmann, y el canadiense Tory Nyhaug.
Después en una accidentada serie final, donde los dos australianos (Willoughby y Dean) que habían ganado, cada uno, las tres mangas de las semifinales, no pudieron obtener medallas. El estadounidense Fields fue quien colgó de su cuello la presea de oro. La plata fue para el holandés Jelle van Gorkom y, en tercer lugar, se quedó con el bronce el el colombiano Carlos Alberto Ramírez Yepes.
Similar situación vivió la cordobesa María Gabriela Díaz, quien clasificó quinta en las mangas de semifinales y quedó fuera de la final. La colombiana Mariana Pajón, ganó su segundo oro consecutivo, escoltada por la estadounidense Alise Post y la venezolana Stefany Hernández.
