En un momento fue un descontrol, pero un descontrol lindo, divertido. El glamour del restaurant La Cava del hotel Del Bono Park se contagió de la informalidad y las ocurrencias de los pilotos, quienes en una acción solidaria, hicieron de mozos en una cena benéfica que organizó anoche el Top Race. Los pilotos, que lucieron hasta moño y chaqueta, sirvieron la comida a cambio de propinas que serán donadas a la Asociación Civil Manos Abiertas. La movida no tenía antecedentes en la categoría y en San Juan.
Henry Martín, Fabián Flaqué, Carlos Sirera, Matías Rossi, Pechito López, Marcos y José Luis Di Palma, Omar Martínez, Brian Smith, Norberto Fontana y Rafael Morgenstern fueron los corredores que no tuvieron problemas para cambiar de rol por un rato y convertirse en protagonistas de un noche espectacular.
"¿Acá buscan mozos?", dijo Pechito al ingresar a una sala donde los pilotos se estaban cambiando. "No, buscan buenos mozos", le respondió Smith. La previa fue de lo más divertido. "Una vez usé moño, para mi casamiento. Pero lo que me preocupa es que se me bajen los pantalones, porque son prestados", bromeaba Henry. En general, casi todos los pilotos se sorprendieron al ver a los otros con pantalones de vestir, camisa y zapatos. "Cómo será, que sólo uso estos zapatos cuando voy a un casamiento", dijo Flaqué.
Entre bromas a las cámaras, Fabrizio Benedetti (quien pidió perdón por no hacer de mozo) se dio tiempo para bromear con Marley, alojado en el hotel, Henry y Fontana; y luego hasta le hizo una nota a Pampita.
Sobre las 22, llegó el llamado para bajar al restaurant. Y con algunos consejos de los mozos del hotel, los pilotos empezaron a servir. Primero fue la entrada y luego el plato principal. Haciendo equilibrio con la bandeja, preguntándole educadamente al comensal qué se iba a servir, los corredores iban y venían, de la cocina al salón. En el medio, pasaban por la barra que se adueñaron los Di Palma, el Gurí, Pechito y Fontana, en donde el trago que más salió fue el fernet. Los pilotos no se quedaron toda la noche, sino un rato, que se pasó volando. Fue una noche especial, diferente, en donde los pilotos cambiaron el casco por la bandeja e hicieron de una cena benéfica, un momento inolvidable.
