Por sus índices de mortalidad infantil, que es de los más elevados del mundo, la ex colonia portuguesa -se independizó en 1975- no es en un principio un país comercialmente atractivo para Occidente. Ahora bien, desde finalizada la guerra civil en el año ‘92, repuntó notablemente su standard de vida y su apertura al mundo, sellando fuertes acuerdos que lo posicionaron como una de las perlas del continente negro. El 45% de su territorio es apto para la agricultura y allí se cultiva arroz, sémola, té y maíz, donde la mayoría se comercializan en el ‘Mercado Central’ de la capital (foto). Pero un fuerte de la economía mozambiqueña radica en su salida al mar que le permite ser mundialmente conocido por sus camarones y langostas. Mozambique ha explotado en la última década su perfil turístico, segundo principal ingreso económico para el país. La economía, en desarrollo y altamente endeudada, fue una de la principales beneficiarias de la iniciativa HIPC, que es un programa para países en vías de desarrollo altamente endeudados, con lo cual espera consagrar sus recursos a mejorar las condiciones de la población, que en un 70% vive por debajo del umbral de pobreza. Además de las secuelas en la infraestructura por la guerra civil y por las inundaciones del año 2000, el desarrollo del país se ha visto afectado por la existencia de nada más ni nada menos que dos millones de minas antipersonales sin desactivar y que causan limitaciones en el desarrollo agrícola de algunas zonas.
