El juez Guillermo Adárvez liberó por falta de pruebas a la única detenida por el crimen de Roberto Balmaceda, el albañil que desapareció el 5 de octubre pasado en el departamento que alquilaba en la Villa Storni, en Concepción, Capital, y al día siguiente apareció envuelto en llamas, muerto de al menos 6 disparos a un costado de calle La Plata, en Caucete, cerca del límite con San Martín.
"La única vinculación que tenía mi clienta Paola Arriola con la supuesta víctima fue haberlo conocido y haber conversado con él, y con eso no se puede sostener una imputación y menos la detención de una persona. Más aún si se tiene en cuenta que ninguna prueba científica, como un ADN, confirma si realmente el fallecido es este señor Balmaceda", dijo ayer Pablo Flores, abogado de la joven excarcelada.
Si bien no hay un estudio de ADN, investigadores policiales y judiciales concluyeron que la víctima es Balmaceda por la ropa, reconocida por familiares y amigos; por una pericia en el celular que le encontraron; y porque la víctima tenía una llave que encajaba en la puerta del departamento que alquilaba, dijeron fuentes judiciales. El cuerpo ya fue entregado a sus deudos.
Lo que aún queda en el misterio es quién le dio tantos balazos a la víctima y luego le prendió fuego en plena tarde y cerca de una de las pocas casas que hay en la zona rural de Caucete donde lo encontraron.
