El clásico “fue un tiempo para cada uno”, pero con una incidencia no menor: El complemento fue para Murialdo. ¿La consecuencia? Agónica victoria del Canario ante Valenciano y pasaporte para el equipo mendocino a las semifinales de la Liga Nacional A-1 del hockey sobre patines.

El partido, parejo siempre, dejó la elegancia y distinción de David Páez en cancha, pero a La Barraca ni eso le alcanzó, porque se quedó sin piernas en el segundo tiempo y la capacidad grupal y la entrega física de la visita se terminó quedando con toda la felicidad.

Dos tiempos bien distintos. En el primero, no pasaba nada, hasta que entró el Cachi Páez. Ahí, en menos de dos minutos, La Barraca marcó tres goles. Murialdo, confundido, quedó para el cachetazo. Se fueron al descanso y el trámite cambió de dueño.

Es que Murialdo, compacto, empezó a encerrar al local. La capacidad de Ramírez y Laviano y la seguridad del arquero Sánchez borraron al local. Entonces, mientras los juveniles mendocinos iban achicando el tablero, enfrente el arquerito era figura atajando todo. Con el 3-3 parecía que se iban al alargue, pero en el frenesí final, Nacevich encontró el arco y la empujó para el delirio mendocino.

Hoy arranca (vaya a saber) la serie Bco. Mendoza-A. Talleres. Ya están en semis Estudiantil, SEC y Murialdo.