Una de las mellizas Xipolitakis, Victoria, se armó de valentía y decidió someterse a una prueba de fe. No, no se internó en un convento ni tampoco pasó horas rezando o haciendo meditación, sino que decidió tatuarse un rosario en el tobillo y el pie "para que me cuide", dijo a Primiciasya.com. De ahí, derechito al Paraíso.
