Las lágrimas con las que el pueblo de Río Gallegos despidió a Néstor Kirchner se tradujeron ayer, horas después de su sepultura, en un férreo compromiso de continuar con el legado del ex presidente argentino.
Para los galleguenses, "nada será igual sin Lupo, un hombre que no sólo transformó la historia de esta provincia, sino que además cambió el rumbo del país", asegura un septuagenario que se identifica como "un vecino más" de esta ciudad situada 2.630 kilómetros al sur de Buenos Aires y que ya tiene para siempre a su presidente de vuelta.
Néstor Kirchner no era Néstor Kirchner sino "Lupo", apodo que se ganó por su notable parecido con un personaje de cómic, aunque él prefería que le llamaran "pingüino". "El adiós al "Lupo", dolor y emoción", señalaba la portada del diario local Tiempo Sur que vende Armando en un puesto céntrico. "Kirchner decía que el próximo presidente del país iba a ser "pingüino" o "pingüina". Pues bien… será "pingüina" entonces", apunta.
"Néstor vive", advierte un grafiti pintado a mano en una pared de la principal calle de la capital de la sureña provincia de Santa Cruz, que tras la muerte del ex jefe del Estado cambió la denominación de "Avenida del Bicentenario" por "Avenida Presidente Kirchner".
La ciudad natal del ex presidente retomó ayer lentamente su rutina, tras la multitudinaria despedida que sus vecinos le regalaron a su hijo pródigo, fallecido el pasado miércoles a los 60 años de un paro cardiaco. Kirchner "murió como quería, militando y dando la vida por los demás. Nadie puede ahora dimensionar la talla de Néstor Kirchner, quien fue capaz de poner de pie un proyecto político que ahora tendrá que continuar la juventud", remarcó en el cementerio de Río Gallegos el contador Héctor "Meneco" Velázquez, compañero de juventud del extinto dirigente peronista.
Velázquez, que estudió con Kirchner en la Universidad de la ciudad bonaerense de La Plata, confesó su "sorpresa" por las "enormes muestras de cariño" que la gente brindó el viernes pasado al ex gobernante y a su viuda, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Al acercarse al cementerio para despedir los restos del ex presidente, Velázquez recordó el "carácter explosivo" de Kirchner y resumió su muerte con una frase: "Se fue en su ley".
Mabel Lencina no para de llorar frente a la bóveda en la que reposa el cuerpo de quien además fue alcalde de esta ciudad y gobernador de la provincia de Santa Cruz durante doce años. "No lo puedo creer. ¡Qué triste es que en este país comiencen a valorarse a los dirigentes cuando nos dejan! Pero desde Santa Cruz vamos a luchar para que Cristina continúe con el sueño que iniciaron juntos", comenta acongojada.
Carlos Salvatierra, que se define como un peronista de toda la vida, no quiere dejar pasar la ocasión para subrayar la presencia en Río Gallegos del mandatario venezolano, Hugo Chávez. "Lo que más me movilizó fue ver a Cristina estrechándose en un conmovedor abrazo con Chávez. Esa debe ser la foto de Latinoamérica", reflexiona.
