Esta noche en el mítico Madison Square Garden de Nueva York, otrora la meca del boxeo mundial, el chubutense Omar Narváez (35-0-2, 18 ko) intentará convertirse en el primer boxeador argentino en lograr coronas en tres pesos diferentes (ver recuadro). El rival elegido es un sólido campeón de peso gallo, el noqueador filipino Nonito Donaire (26-0-0, 19 ko).

La velada llegará televisada a la Argentina por el canal de cable TyC Sports, desde las 23.30 e incluye como semifondo el match por el campeonato de peso pluma de la NABF entre su titular, el invicto estadounidense Miguel García y el mexicano Juan Carlos Martínez.

¿Por qué es un alto riesgo el que asume el invicto doble campeón mundial argentino? Porque con 36 años y habiendo demostrado que en el peso supermosca no tiene la potencia que ostentaba entre los moscas, se medirá con un púgil de 29 años, considerado uno de los cinco mejores libra por libra, que a diferencia del argentino, fue campeón mosca (FIB), supermosca (AMB) y actualmente gallo (CMB) y en esta categoría sigue volteando muñecos, siendo el último el aguerrido mexicano “Kochulito” Montiel a quien le propinó un espectacular nocaut en el segundo round de la pelea que realizaron el pasado 19 de febrero.

Sería una falta de respeto no brindarle chances a Narváez, quien con su calidad ha convertido pleitos a priori complicados en trámites de rápida resolución. Pero en el boxeo hay verdades de perogrullo que recobran actualidad en este tipo de peleas. Entre dos boxeadores buenos, las chances para ganar las tiene el más joven y el más fuerte. En este caso Donaire.

¿Pero? Siempre hay un pero y aunque las apuestas estén 11 a 1 en contra del argentino, en este interrogante se apoyan las chances del “Huracán”.

¡Ojo! Reconociendo que una mano bien puesta por Donaire puede terminar rápidamente con el pleito, la pregunta es: ¿cómo resolverá el filipino el acertijo si Narváez no le plantea pelea franca? La potencia vale mucho pero también la lucidez mental para llevar la pelea al terreno favorable. Si Donaire le da una mísera chance a Narváez, puede lamentarlo.