Eran las 16 de ayer cuando Brisa Alfaro (12) jugaba con un paraguas en el fondo de la casa de adobe de sus bisabuelos ubicada en calle Buenaventura Luna, en Villa Aurora, Ullum. En medio del juego, la nena escuchó los gritos desesperados de su bisabuela Lidia Guerrero (73 años, problemas para caminar) que la llamaba desde el interior de la vivienda. ‘Corrí y vi a mis papás (los ancianos) en medio del humo y el fuego’, dijo la nena.
Lo que vio Brisa era un incendio que se originó por un cortocircuito en un enchufe del comedor cuando la mujer conectó una pava eléctrica, contó José Luis Rodríguez (29 años, jornalero), nieto del matrimonio. Y en medio de esa dramática escena, la nena tomó coraje y actuó como un adulto: primero, Brisa llevó como pudo hasta el fondo a su bisabuelo, Pedro Rodríguez (103 años), quien es ciego y tiene problemas para caminar.
Con el hombre a salvo, la pequeña regresó, atravesó el humo y el fuego, y guió al exterior a Guerrero. Por si fuera poco, luego la niña corrió hasta una vecina a pedir ayuda.
Enseguida, un grupo de vecinos se acercó a la casa a combatir el fuego y después, una dotación de bomberos a cargo del oficial Néstor Riveros, controlaron el siniestro, aunque el daño ya estaba hecho: cocina comedor y dos dormitorios, un TV de 29’, una heladera, una cocina, un lavarropas, un secarropas, 3 roperos con prendas de la familia, 5 camas, 3 mesas, 24 sillas y $4.000 que ahorraban los abuelos, fueron destruidos por las llamas.
‘Acá vivimos 6 personas y nos quedamos con lo puesto. Gracias a mi sobrina mis abuelos están vivos’, dijo Rodríguez.
