San Juan.- El más loco de todos dejaba hace 25 años atrás una frase imborrable que sería, a la postre, una forma de vivir el fútbol: ‘Newell’s, carajo’. Se trataba del festejo en andas de un jugador del genio rosarino Marcelo Bielsa tras coronarse campeón con ‘su’ Lepra.
Años más tarde, dirigiría Vélez, la Selección argentina y chilena, el Bilbao y el Marsella. Siempre fiel a su estilo enérgico y obsesivo, Bielsa logró llegar al corazón de los argentinos aunque, como es propio de los argentinos, resulta tan querido como odiado, por aquello que ven en él el fracaso del mundial 2002.
