"No hay indicios criminales o violencia física en el cuerpo del cantante". Esto fue lo único que se informó ayer, tras la autopsia que se llevó a cabo sobre el cuerpo de Michael Jackson, fallecido a los 50 años el jueves último. Sin embargo, la familia sigue apuntando contra el médico personal de Jacko, a quien acusan de administrarle una dosis mayor del narcótico que usaba y que está prófugo de la Justicia, según publica TMZ, el medio que primero dio la noticia de la muerte.

El resultado de la autopsia fue dado por un portavoz del juez de Instrucción, quien precisó que la causa de la muerte se dará a conocer una vez que se completen los exámenes (neuropatológicos y pulmonares), lo que puede llevar de cuatro a seis semanas. "Entonces podremos cerrar el caso", añadió el portavoz, quien admitió que Jackson fue declarado muerto en la sala de emergencias del hospital de Los Angeles.

Terminada la autopsia, el cuerpo quedó a disposición de su familia, que hasta el cierre de esta edición aún no revelaba detalles del sepelio. Justamente es su familia -que no estuvo presente durante los exámenes, aunque reconoció que el artista tenía una adicción a la morfina y que recibía una inyección diaria de demerol (un narcótico)- la que sostiene que fue una elevada dosis de morfina la causa del deceso. Esa inyección, acusa, fue proporcionada por el médico personal de Jackson, Conrad Murray, el único que estuvo a su lado cuando el artista entró en coma, que luego trató de reanimarlo infructuosamente adelante de otras personas (que inmediatamente llamaron a la emergencia); y que se encontraba prófugo. También se dijo que su vehículo fue remolcado desde la residencia de Jackson "porque podría contener medicamentos u otras evidencias que pueden servir de ayuda al juez de instrucción", tal como mencionó un portavoz de la policía de Los Angeles.

No descansa

Así, entre la investigación y las sospechas cruzadas, transcurrió el primer día sin Jacko, que ni siquiera muerto puede descansar en paz. Es que en el entorno también se barajan inminentes peleas por la herencia, la tenencia de los 3 hijos del artista, acusaciones a productores y allegados por la presión a la que era sometido y el reclamo dinerario de los fans que agotaron los 50 shows que ya había vendido en Londres, entre otras yerbas.

Otro que sumó su voz contra los médicos de Jackson fue Ben Ammar, ex manager y amigo del cantante, quien dijo que "Nunca se sabía verdaderamente si estaba enfermo, porque estaba rodeado de médicos charlatanes que vivían de esa enfermedad, que le facturaban miles y miles de dólares de medicamentos".

En coincidencia, otros miembros de la familia sostuvieron que el "rey del pop" no estaba preparado para actuar en los próximos conciertos, precisamente debido al uso de esas sustancias. De hecho, los mismos representantes de esa gira comentaron que Jackson se encontraba generalmente en estado "letárgico" y llegaba tarde a los ensayos.

Por su parte, la compañía AEG -organizadora del fallido regreso de Michael- enfrenta la obligación de restituir 85 millones de dólares a los compradores de las entradas. Y a su vez estudia reclamar el dinero que ya le había pagado a Jackson a modo de adelanto.

Finalmente, si bien Jackson acumulaba una deuda de 500 millones de dólares, la herencia es otro punto de debate; como así también el futuro de los hijos de Jackson, especialmente los dos primeros -Paris y Michael Jr.- ya que la familia peleará para que no se los entreguen a su madre, la enfermera Debbie Rowe.(TZM, Télam, Efe)