En la constelación que Argentina proponía para la película de Sudáfrica, Carlitos Tevez tenía papel asegurado en el reparto pero nunca un rol protagónico. Es que sin la cartelera de tipos como Messi, Mascherano e Higuaín, el Apache parecía resignado a ser un segundón en esta historia. Pero rebelde a su manera, carismático y sobre todo, gran jugador, Carlitos obligó al guionista de esta película a buscarle un lugarcito ya no sólo entre los 23 del reparto, quería su lugar entre los 11 y con su nombre grande en la marquesina. Y a Diego Maradona, se le empezaron a volar los papeles. En los primeros días de concentración en Ezeiza y ya contra Canadá, Carlitos empezó a pedir escenario. La gente se rindió a sus pies y dejó clarito que en Sudáfrica, habrían capítulos especiales para Tevez.

Y Carlitos, el pibe de Fuerte Apache, el fana de la cumbia, esperó su momento en el país de las vuvuzelas. Lo primero que logró fue que Maradona le hiciera espacio en el libreto original. Argentina ya no jugó con solo dos puntas, sino que el corazón de Tevez obligó al retoque táctico: tres puntas junto a Messi e Higuaín. Carlitos ya estaba adentro. Venía el momento de callar críticas y lo hizo corriendo, para atrás y para adelante. Lejos del manual ortodoxo de los puntas que sólo gastan energías para atacar, Tevez ayudó, colaboró en la marca y recuperó. Lo hizo en los dos primeros juegos. Ante Nigeria, más de asistidor y contra Corea más de volante. Faltaba que sacara a la luz su mejor rostro: el del goleador. Ese que enamoró en Boca, siguió en Corinthians y luego en Inglaterra. Y se soltó. A puro potrero. Vivo, rápido y metidísimo para el primero -en offside- y después, tremendo para fusilar a Pérez en el tercero ayer ante México.

A lo Carlitos. Se hizo indispensable. Y Argentina lo sintió cuando Maradona decidió sacarlo. No le cayó nada bien y al funcionamiento de Argentina, menos. Con Tevez, su aguante arriba es clave para tener a los zagueros contenidos, sin contar lo que aporta cuando juega, marca y corre. México soltó sus centrales, se fue encima y casi asusta.

No había podido gritar goles Carlitos en Sudáfrica, pero el pibe de Fuerte Apache -donde se juega al fútbol con los códigos de la calle- se despachó con dos para dejar en claro que en este Mundial no es ningún Carlitos. Es Carlos Tevez.