-¿Cuál es su opinión sobre la conformación del OFEMI?
-Es un paso muy importante, como todos los que se están dando actualmente de apoyo a la actividad minera nacional. De una vez por todas, todos los gobernadores se alinean dentro de la política del gobierno nacional a favor de la actividad minera. Se comienza a pensar y a buscan soluciones en conjunto. Hay que darle estabilidad a las inversiones. Entender que la minería es una actividad de capitales de alto riesgo y se necesita incluso dos lustros o tres para encontrar un yacimiento con buen margen económico.
-¿Resulta muy difícil establecer políticas conjuntas entre el sector privado y el público?
-Siempre ha estado latente trabajar conjuntamente en políticas de desarrollo entre el sector público y privado de la minería. Si no se ha hecho antes es porque no había decisiones políticas que lo respaldaran y porque las empresas no encontraban el eco suficiente. Ninguna empresa privada va a dar un portazo y se va ir. Las dueñas de los recursos son las provincias en sí. El trabajo conjunto es necesario para desarrollar las zonas más postergadas de Argentina como son los bolsones cordilleranos.
-¿Qué conclusiones han sacado de la reunión con respecto a lo que ha ocurrido en Famatina, Andagalá, Río Nego, etc, en relación con los grupos ambientalistas?
-En relación a la lucha con los grupos ambientalistas, hemos concluido que no es minería sí o minería no. Esto no es River-Boca. Yo he trabajado mucho tiempo en La Rioja, y hoy he visto una provincia dividida, enfrentada, con familias separadas por el tema minero. Esto para la sociedad es muy malo. Porque hay grupos que se han encargado de meter cizaña y de demonizar a la minería sin ningún prejuicio. Alentados, tal vez, por ciertos medios periodísticos que buscan estar en contra del Gobierno.
-¿El error solo es de los grupos ambientalistas o también del sector minero?
-Bueno, también hay que reconocer equivocaciones de algunas empresas que trabajan en el medio y que no tomaron tal vez todos los recaudos necesarios para ingresar. Porque creyó que con el aval del Gobierno ya bastaba. Pues no es así, hay que también ganarse el aval social a base de mucho trabajo y confianza. Creo que hay problemas de ambos lados. A su vez, el gobierno provincial de La Rioja no previó todo este movimiento demonizador de la minería que luego lo desbordó totalmente.
-¿Resulta difícil desde el interior del sector minero defender a la minería sin quedar en una mala posición?
-Claro que sí resulta difícil y más cuando lo científico choca con un eslogan. Si vos técnicamente explicás que el cianuro se destruye por reacciones químicas, ya que es una sal, y del otro lado te largan “El agua vale más que el oro” o “Famatina no se toca”, es muy difícil. Porque vos tratás de explicar científicamente algo y te contestan con un eslogan. Este tipo de reuniones lo que busca es esto, que todos aportemos para aclarar.
