"Estoy contenta, feliz. ¡Se me agrandó la familia!", dijo sonriendo María Olivera. Ella es tía de cuatro hermanos que fueron encontrados solos y hambrientos en junio pasado y desde ayer los tiene a su cuidado, tras una resolución de la Justicia. De esta manera, los hermanitos Marcelo (13), Cecilia (12), Franco (11) y Federico (8) dejaron ayer el Hogar San Benito, donde habían sido llevados aquella fría medianoche tras ser rescatados por las autoridades, y se reencontraron con sus 8 primos.
Pese a que el padre de las criaturas, separado de su mujer, había pedido la tenencia, el Juzgado de Menores a cargo de Guido Ramírez consideró que la guardia provisoria de los cuatro pequeños hermanos debía estar a cargo de María, la ex cuñada. "Ahora van a estar más cuidados. Y mi hermana los va a poder ver, porque con ella tuvimos problemas por los chicos, pero no hay una mala relación", agregó María, quien vive a 1 kilómetro de la casa de su hermana, en Alto de Sierra, Santa Lucía.
La guarda es provisoria hasta tanto el juez crea que la madre de los chicos, Patricia Olivera, o el padre, Ceferino Espejo, ofrezcan garantías de que no se repetirá el abandono. Para ello, desde la Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia, afirmaron que iniciarán un seguimiento y harán un trabajo psicológico y social con los progenitores, que en la mayoría de los casos tarda entre 3 y 5 meses. De momento, tendrán un régimen de visita para ver a los niños.
María Olivera tiene 8 hijos, que se reparten entre una cuna y tres camas, pero eso no fue impedimento para pedirle a la Justicia el cuidado de sus sobrinos. Y para facilitar la crianza, tras la resolución del juez, el Ministerio de Desarrollo Humano envió ayer un cargamento con camas y colchones no sólo para los hermanitos Espejo, sino también para los hijos de María.
Además, según informó Jorge Toro, titular de la Dirección de la Niñez, una nutricionista trabajará junto a María y se encargará de aportar el refuerzo alimentario que sea necesario. A su vez, ayer se iniciaron las gestiones del traspaso de los beneficios sociales que cobraba Patricia hacia María, ya que será ella quien ahora tendrá a cargo a los niños.
El caso salió a la luz el 30 de junio, cuando tres de los cuatro hermanos fueron encontrados en estado de abandono en un ranchito de calle Talcahuano. El padre había dejado a la familia para formar otra hace 2 años, mientras que la madre pasaba apenas unas 3 horas diarias con ellos, ya que se iba con su nueva pareja. Al momento del rescate, se creía que los niños no comían desde hacía dos días, mientras que los vecinos dijeron que era frecuente escucharlos llorar de madrugada, por el frío, el hambre y la soledad.
Además, los chicos sufrían problemas respiratorios y se las rebuscaban ellos mismos para ir a la escuela. Cecilia, cuando las autoridades se llevaron a los chicos al Hogar San Benito, se encontraba con su madre, pero el juez ordenó luego que se uniera a sus hermanos en ese refugio estatal. Desde ayer, los cuatro niños ya duermen en sus camas nuevas y bajo un techo familiar.
