A nadie escapa que son múltiples los factores que atentan contra la calidad del medio ambiente, y este ya no es un problema más, es ‘el problema’ que enfrenta la humanidad para evitar que el deterioro del planeta llegué a límites ya sospechados. Tampoco escapa a nadie que son los chicos los que más pueden asimilar la situación y poner manos a la obra para dar el ejemplo a los mayores y afrontar el futuro. Con ese concepto nacieron los clubes ambientales escolares que ya suman 135 en total -el 80 por ciento son de escuelas primarias y el resto secundarias-, e involucran a miles de niños cada año, sino que además, y por segundo año consecutivo, parte de ellos realizarán un juramento para comprometerse a cuidar el planeta. El acto se realizará mañana a las 11 en el Centro de Convenciones.
Desde campañas de concientización puertas afuera de los establecimientos, hasta el reciclado de botellas, madera, papel, cubiertas, con los cuales arman infinidad de cosas útiles (Ver listado), hasta colaborar con un libro de flora autóctona, forman parte de las actividades que llevan adelante los chicos de la mano de una docente guía.
Un detalle que no es menor, es el compromiso que asumen voluntariamente maestros y profesores que se capacitan en la Secretaría de Medio Ambiente para cumplir con una tarea que sólo les genera trabajo extra curricular y satisfacción del deber cumplido.
Cada escuela, cada club, elabora proyectos diferentes basados en una carta de principios ambientales redactada desde el área gubernamental mencionada y coordinada por la Dirección de Unidad de Educación Ambiental a cargo de Susana Carrizo.
Todo comenzó en 2006 cuando un grupo de representantes oficiales recorrió establecimientos educativos con la propuesta que fue tomada por un puñado de 35 clubes en la provincia a lo largo de los primeros años. La gran explosión participativa se produjo recién durante el último quinquenio cuando crecieron en número hasta llegar a 135, además de otros 30 que están en proceso de formación a partir de este año con chicos de nivel inicial.
‘El ambiente es una construcción colectiva, cada uno de nosotros debe contribuir a la defensa de la tierra y de la vida. El crecimiento de los clubes también obedeció a que la Ley de Educación contempla ahora el cuidado del medio ambiente como eje transversal en todos los niveles educativos. Además, junto con el Ministerio de Educación, se elaboraron una serie de manuales y libros de Educación Ambiental con actividades para que todas las escuelas los tengan y puedan trabajar en el tema’, indica Susana.
Como complemento a estas actividades, una vez al año se realiza el Parlamento de Clubes Ambientales que consiste en que los chicos participen con sus propuestas, presenten los proyectos y obras, a la vez que debaten sobre la problemática actual.
Sin duda que este factor favorece los principios democráticos de participación en la toma de decisiones.
A la fecha son miles los niños abocados a proteger el planeta y permitir la continuidad de la vida del hombre en esta que es su casa grande. Un ejemplo que merece ser contado.
