Lionel Messi pidió ayer que “no busquen cosas raras” en torno a su racha de lesiones musculares a lo largo del año, que ya no lo tendrá en la cancha debido al último desgarro en el bíceps femoral izquierdo, hace una semana, en un partido de Liga española frente a Betis.
El rosarino, de 26 años, vinculó esta dolencia -sexta en 2013- con el infortunio, al creer que “pasó porque tenía que pasar”, y negó un cambio en su plan de entrenamiento de cara al Mundial Brasil 2014. “Se pueden decir muchas cosas, pero mi lesión fue algo casual. No hay que buscar cosas raras donde no hay, todo lo que se dice son inventos. No creo que sea para tanto”, declaró el astro en una nota concedida al diario Olé.
En la misma línea, Messi declinó que las roturas musculares obedezcan a un cambio de “alimentación” y explicó que la distancia tomada con el fisioterapeuta de Barcelona, Juanjo Brau, que lo acompañaba por todos los lugares del mundo mientras competía, se produjo por un ascenso laboral dentro del club catalán.
