La nómina de ilustres ausentes a Copas del Mundo, tomó mayor dimensión desde que César Luis Menotti dejó fuera de la lista de 22 -entonces era uno menos que ahora- a Diego Maradona, en 1978. Antes, hubo algunas ausencias que no generaron la polémica que desató aquella determinación del entrenador que dirigió a la Selección Argentina a la conquista de la Copa del Mundo de ese año.
La historia de desencuentros puede trasladarse a la previa del Mundial de 1958. El afán triunfalista después de ganar el Sudamericano de Lima en 1957, sumado a la falta de presencia en los Mundiales, llevó a la Argentina al mayor fracaso futbolístico en Suecia "58. En el Mundial que Pelé encandiló al mundo, no estuvo vistiendo la casaca argentina un joven que había sorprendido en Perú: Enrique Omar Sívori.
Después, 20 años más tarde, aquella imagen de Maradona llorando, dejando la concentración de José C. Paz, cuando sólo tenía 17 años, no se repitió ayer cuando el mismo protagonista, cumpliendo la función opuesta dio la nómina definitiva que jugará desde el próximo 12 de junio el Mundial de Sudáfrica. En el primer tamiz, cuando dio a conocer los 30, quedaron afuera dos pesos pesados, como Javier Zanetti y Estéban Cambiasso, dos de los pilares del Inter de Italia que pasado mañana jugará la final de la Champions League ante el Bayern Munich, en Madrid, por lo que había muy pocos interrogantes sobre quienes no subirían al avión. Tal vez Coloccini, por antecedentes, y Lavezzi por presente, tenían alguna expectativa.
Haciendo un rápido raconto a las decisiones de los técnicos en la instancia previa clave, salen del arcón de la memoria colectiva las determinaciones de Carlos Bilardo en México "86, cuando dejó afuera a Ramón Díaz, en momentos en que el delantero riojano rompía redes en el Calcio italiano. De ese torneo también quedó afuera Ricardo Gareca, que por entonces jugaba en el América de Cali y tenía como fresco antecedente ser el autor del gol ante Perú en el partido decisivo de las eliminatorias.
Cuatro años más tarde, para el Mundial de Italia "90, el mismo Bilardo fue eje de una polémica que tuvo como contraparte a Luis Islas. El arquero, que venía de ser el mejor de la Liga Española, defendiendo el arco del Logroñés en la temporada "89-90, decidió "bajarse" porque el técnico no le garantizaba la titularidad. Además, el título ganado cuatro años antes cubría de inmunidad al técnico que volvió a darse el lujo de dejar afuera a Ramón Díaz, ya consolidado como uno de los máximos "capocanonnieri" en Italia. Jorge Valdano, que en México había sido uno de los baluartes y que volvía, había estado mucho tiempo sin jugar por una hepatitis B, le recriminó que le haya dado esperanzas hasta último momento y no le llamara para decirle que no lo tendría en cuenta.
Más tarde, después de un paso tranquilo en la lista que dio Alfio Basile para Estados Unidos en 1994, donde fueron los que se suponía tenían que estar luego de haber ganado dos Copas América y de -reforzados por un renovado Maradona- clasificaron entrando por la ventana luego de derrotar a Australia en un repechaje.
Daniel Passarella y su imposición del pelo corto provocó un sismo cuando no citó a Fernando Redondo para jugar el Mundial de Francia "98. El volante central era el conductor del Real Madrid que venía de ganar la Liga Española y que ese año ganó la Champions League no tuvo chances ante el bloque conformado por hombres nacidos en River como Leonardo Astrada y Matías Almeyda, preferidos por el Kaiser.
A Marcelo Bielsa, en Japón-Corea 2002 se le recriminará siempre no haber llevado a Juan Román Riquelme, que venía de ser considerado el mejor futbolista sudamericano en 2001 luego de ganar con Boca, por segunda vez la Copa Libertadores.
Hace cuatro años (Alemania 2006), a José Pekerman no le pasó lo mismo que a Menotti, porque, un poco por presión popular y otro por incidencia de Julio Grondona, llevó a Lionel Messi con sólo 18 años a la cita jugada en el país germano. Sin embargo, la desafectación de Martín Demichelis, que mostró su desconsuelo públicamente y de Javier Zanetti, que criticó la decisión en cuanto micrófono encontró, quedaron como antecedentes más frescos a lo acontecido en la víspera, cuando Diego dio sus nombres y no hubo ruido.
