Buenos Aires, 22 de junio.- El éxito no agarró desprevenido a Ricardo Darín. Sin embargo, siempre tiene un lugar para la sorpresa: “No te terminás de acostumbrar y no te saturás jamás”, reconoció el actor. “De los aplausos, menos. No hay nada que se parezca a eso”, reconoció. Y, sin duda, si hay algún actor que se los merece es él.

“Caranchos”, la película de Pablo Trapero que protagoniza el actor junto a Martina Gusmán, ya llegó a los 500 mil espectadores en todo el país . A pesar de tener una trama “áspera”, según explicó Darín, la película se convirtió en un éxito a pocas semanas de su estreno y sigue en la misma cantidad de salas donde se estrenó.

Pero quizás sea temprano para hablar de una preferencia de la audiencia por el cine nacional: “Hay como un síndrome de anti cine nacional ”, señaló Darín, para quien existe “cierta pacatería, o tilinguería” por la que los espectadores “no dicen después de una película norteamericana que no les gustó ‘yo cine norteamericano no veo’, sino ‘no me gustó tal película’ y punto”.

“Sin embargo, ven una película argentina que nos les gustó y dicen ‘yo cine nacional no veo’. Ante ese panorama, a priori sentí que lo que podría haber ocurrido era que ganara el boca a boca del ‘ay, ¿sabés qué pasa? Es muy fuerte’”, remató elocuente. Pero estaba equivocado.

En la película, Darín interpreta a un “carancho”, un abogado que intenta captar clientes entre los pacientes de una guardia de hospital que sufrieron accidentes de tránsito. El término fue una invención de Trapero, y la historia incluso logró que se creara un proyecto de ley, llamado “Anti Caranchos’, que será presentado en el Senado.

Aunque su labor en el cine le haya dado cientos de satisfacciones, el actor aseguró que es en el teatro donde encuentra verdadero placer: “No hay nada que se parezca a la carcajada en el teatro.

Esa ola de energía que viene de la platea cuando algo produce una risa generalizada”, describió.

“O el extremo silencio que demuestra que hay un nivel de atención, de silencio que se corta con una tijera en el aire. Es un placer infinito”, convino. “En el cine es más difícil, a pesar de que me gusta ver las películas mezclado entre la gente”, reconoció Darín.

“El teatro no se parece a nada… al menos para los actores, ni para las actrices”, sostuvo el actor. La reflexión dio lugar a un momento de duda: “Extraño hacer teatro con actrices. Basta de muchachos… contrátenme para una revista, quiero actuar con bailarinas”, bromeó, ya que por estos días participa en la reposición de “Art” junto a Germán Palacios y José Luis Mazza en el teatro Tabaris.

Como pasa muchas veces en el mundo del espectáculo, los chismes se cuelan y uno de ellos fue dispersado por la madre del actor, Roxana Darín, quien contó en un programa de televisión que su hijo empezó a salir con su actual mujer, Florencia Bas, cuando aún salía con Susana Giménez.

“Bueno, mi mamá es bizarra, y mucho más bizarros son los que la llaman para hacerle una nota y no hablar de ella, o sea, para que hable de otras personas”, señaló el actor, quien diferenció las declaraciones de su madre de los hechos reales porque “son cosas que están dentro de su cabeza”.

“Yo no me puedo hacer cargo de lo que dice mi mamá”, dijo, y sentenció con humor: “Me fui de casa a los 17 años un poco para eso”, confesó histriónico.

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