Y Karina se casó con Leonardo Fariña, un tipo que nadie conoce, que es millonario, o aparentemente millonario, porque compró un departamento en Av. Libertador y resultó que lo habían alquilado por un mes, entonces aprovecharon para hacer todas las notas ahí. Estuvieron tres meses de novios y de repente se casan. ¡Ella tampoco debe saber quién es él, ni él que ella se llama Olga! Como para levantar -porque convengamos que no son muy glamorosos- hicieron la fiesta en el Tattersall, organizada por Bárbara Diez, todo muy chic. No se sabía qué invitados iban a ir. Yo estuve ahí y creo que entraron tres familiares de ella, ninguno de él -sí, muy raro- y dos celebrities (risas). La verdad que la farándula le dio bastante la espalda, pobre Karina Olga. Para la fiesta querían que Shakira cantara, de ahí pasaron a Luis Miguel, de ahí a Montaner y de ahí a Vilma Palma ¡Y Vilma Palma les dijo que no! Así que lo solucionaron con un amigo del novio que es DJ. Fariña volvió a decir que le propuso matrimonio borracho -no sabemos por qué, pero le encanta contarlo-, Stamateas dio la bendición y durante la ceremonia soltaron unos globos simbolizando que se liberaban de sus pasados. En el momento del anillo él se puso muy nervioso, se le cayó el anillo y Karina gritó. Todo muy colorido, muy particular. Yo no lo termino de creer. Y a varios les pasa lo mismo. Eso sí, ella estaba divina, fue excelente con la prensa y en vez de regalos pedía una donación para el Garraham… Aunque por lo que me contaron, todavía nadie puso un peso.
