“No pensamos en perder, nosotros seguimos jugando para sumar y seguir por este camino”, dijo en la semana Lucas Landa al ser consultado si el plantel iba a estar preparado para este momento que lamentablemente llegó. Tigre le cortó una racha de 6 partidos sin derrota, con 4 triunfos y dos empates que lo llevaron a salir de la zona del descenso y luego de la promoción.
Anoche era cara o ceca, porque si ganaba, quedaba puntero junto a Lanús y se subía al quinto lugar en los promedios, incluso por encima del defensor del título Boca Juniors. Pero la moneda cayó del otro lado, la menor pensada por el envión que traía el equipo de Garnero que tenía el ánimo por las nubes y por eso habrá que ver si este equipo que se solidificó, pero que anoche no lo pudo demostrar, tiene la capacidad de asimilarlo para no derrumbarse y marcar que la caída en Victoria fue un simple llamado de atención de una situación del juego que podía pasar y que tiene que quedar como una derrota nomás y la responsabilidad y compromiso para el próximo lunes demostrar ante Lanús que quiere seguir otro año más en Primera.
Anoche hubo errores que se agravaron porque al minuto de juego Tigre ya ganaba con el gol Diego Castaño. Situación que no pasaba desde hace 6 partidos, ya que tuvieron que pasar esa cantidad de partidos para recibir un gol. Si dejó en claro que yendo desde atrás en el marcador se le hace arriba y que esa es una de las facetas a corregir cuando que rompe la paridad es el otro. No le encontró la vuelta al primer tiempo y cuando reaccionó casi ya había regalado un tiempo, que en este fútbol actual es mucho.
Y para colmo de males cayó ante un rival directo en la lucha por seguir siendo de primera. Anoche a Tigre debía ganarle para agigantar su torneo, el de la permanencia, pero no pudo. Igual sigue afuera de la zona roja pero debe levantarse rápidamente para demostrar y demostrarse que éste equipo está preparado para perder y levantarse. En la próxima parada lo espera el líder del torneo, Lanús.
