Todo comenzó como una empresa familiar, con una cuantas decenas de empleados. Eso, aún sin imaginar que, con el paso de los años, se iba a transformar en una de las más importantes fábricas de botellas de vidrio, con una planta de más de 200 empleados y, además, con otras sedes en Córdoba y en Buenos Aires (allí está la fábrica principal). Se trata de la cristalería Cattorini Hermanos, ubicada en el departamento Santa Lucía, al límite con Chimbas, por calle Benavídez pasando la calle Necochea.
Sus empleados están distribuidos en varias áreas. Entre ellas, se pueden mencionar la de Producción, la de Control de Calidad, la de Elaboración de Materia Prima, la de Mantenimiento, los Depósitos, el área Administrativa y la de Entrega de Mercadería. En cada una ellas, a su vez, hay varias sub áreas. El conjunto forma una cadena de eslabones, todos ellos esenciales para lograr el producto final al que está destinada esta fábrica: la elaboración de botellas.
Pero no se trata de cualquier botella. En este lugar se fabrican especialmente botellas para vino. En menor medida, botellas de 200 cc, botellas de champagne y damajuanas. Para ello, la materia prima fundamental es el vidrio reciclado, aunque también se utiliza el sulfato de sodio y sulfato de calcio y arena.
En promedio, allí se fabrican por semana unas 300.000 unidades, las cuales tienen como destino principal la provincia de Mendoza. El resto de la producción tiene que ver con encargos menores. Hoy la imponente fábrica, que comenzó con unos pocos empleados y maquinarias, se transformó en una empresa con una trayectoria de más de 40 años en la fundición de vidrio y elaboración de botellas.
