La Unión Europea (UE), sumida en la peor crisis de su historia, recibió ayer el premio Nobel de la Paz por su contribución a la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en los últimos 60 años en el Viejo Continente.

En la fundamentación del premio, el Comité Nobel destaca que el bloque atraviesa graves dificultades económicas y descontento social, por lo que sus miembros quieren subrayar lo que consideran el principal logro de la UE: “La lucha exitosa por la paz, la democracia y los derechos humanos”. “Durante un periodo de 70 años, Alemania y Francia han combatido en tres guerras. Hoy una guerra entre Alemania y Francia es impensable. Esto demuestra cómo, por medio de esfuerzos, los históricos enemigos se han convertido en estrechos aliados”, explicó en un comunicado.

“La caída del muro de Berlín hizo posible que se incorporaran a la UE varios países del centro y del Este de Europa, abriendo una nueva era en la historia europea. La división entre el Este y el Oeste llegó a su fin, la democracia se fortaleció, muchos conflictos étnicos se han solucionado”, agregó.

La UE “contribuyó durante más de seis décadas sin guerra a promover la paz”, dijo en Noruega el presidente del Comité Nobel, Thorbjoern Jagland, cuyo país no es miembro de la UE.

El comité reconoció que el bloque está atravesando por graves dificultades económicas, pero no se pronunció sobre el creciente rechazo popular a sus planes de ajuste fondomonetaristas para evitar la quiebra de bancos.

El presidente de la Comisión Europea, José Durao Barroso, subrayó que recibir el Nobel debe traducirse como un pedido de la comunidad internacional para que la UE se mantenga unida pese a las tensiones.

Entre varios sectores mundiales que criticaron el premio, Ludmila Alexéyeva, veterana activista soviética y rusa (quien también aspiraba al premio), recordó que algunos países miembros de la Unión Europea combatieron en las guerras de Irak y Afganistán.

La entrega de estos premios culminará el próximo lunes cuando se otorgue el Nobel de Economía. Las dos ceremonias se realizarán de forma paralela, en Oslo para el de la Paz y en Estocolmo los restantes, el día 10 de diciembre.