José Luis Perales sabe cómo arropar una velada con dulces canciones de amor y eso se evidenció en la noche de ayer en el estadio cubierto Aldo Cantoni. Con una convocatoria familiar -en su mayoría maduras seguidoras-, el español ofreció un recital plagado de gente, biografía musical, climas emotivos y seducción con profunda poesía. De riguroso traje negro y con una puesta escénica sencilla -estuvieron ausentes las pantallas gigantes-, Perales comenzó su recital pasadas las 21.30 y encendió la noche con la entretenida "Por qué te vas". "Era hora de que nos encontráramos y estoy feliz de estar con vosotros" dijo el cantautor al finalizar la canción. Esas palabras bastaron para que la tribuna aplaudiera a rabiar y comenzara a sacarle fotos y filmarlo con sus celulares. El playlist de clásicos incluyó Me llamas, El amor, Te quiero, Amada mía, Y como es él -uno de los momentos más intensos del concierto-, Sí…, Quisiera decir tu nombre, Canción de Otoño y Un velero llamado libertad, entre otras melodías. El calor también fue cómplice de la euforia pero algunas señoras sobrellevaron los casi 32 grados de temperatura con refrescantes abanicos. "En directo-35 años" fue un espectáculo sin estridencias, de atmósfera contundente, espesa en sentimientos y gran oportunidad para disfrutar de la calidad compositiva de Perales, aquella que con la tutoría de la nostalgia, conmueve a los románticos. Así, la "versión edulcorada de Sabina" dejó en claro que su voz madura sigue generando los estadíos más profundos, que no en vano vendió 50 millones de discos y que todavía conserva la misma magia española que encandila con talento y continúa siendo atemporal.
