Jill Abramson será la primera editora ejecutiva, mujer, de The New York Times en sus casi 160 años de historia, según anunció ayer el propio diario, que detalló que esta licenciada en Literatura e Historia por la Universidad de Harvard asumirá las riendas del rotativo a partir del próximo 6 de septiembre.

Abramson sustituirá así a Bill Keller, que pasará a ser articulista de este rotativo que también tendrá un nuevo director de información: Dean Baquet, hasta ahora responsable de la oficina de Washington y ex director de Los Angeles Times.

‘En la casa en que crecí el Times sustituía a la religión. Si el Times lo decía, es que era una verdad absoluta‘, asegura en el diario Abramson, una neoyorquina de 57 años que está casada y tiene 2 hijos.

Al diario neoyorquino se incorporó en 1997, procedente de The Wall Street Journal, y llegó a ser la responsable de su delegación en Washington en 2000, hasta que en 2003 volvió a Nueva York donde se convirtió en una de las más próximas colaboradoras de Keller.

Por su parte Keller, de 62 años y que ha dirigido el diario ‘durante 8 años de gran distinción periodística, pero también de disminución de ingresos y recortes‘, según explica el diario, se retira de su puesto a petición propia al sentir que ‘era un buen momento para hacerse a un lado‘.

‘Jill y Dean forman un poderoso equipo‘, asegura Keller en el rotativo.

En opinión del presidente del diario, Arthur Sulzberger, la ex reportera de investigación es ‘la perfecta elección para liderar la nueva fase en la evolución del Times hacia una organización informativa multiplataforma profundamente comprometida con la excelencia periodística‘.

‘Ella ya ha demostrado su gran instinto al elegir a Baquet como director de información‘, añade Sulzberger en el diario, que detalla que desde el año pasado Abramson ha trabajado en la integración del trabajo y las plantillas de las ediciones impresa y digital del periódico.

Baquet, por su parte, empezó en el Times en 1990 como reportero. Ganó un premio Pulitzer, el mayor honor periodístico del país, mientras trabajaba en el Chicago Tribune. En el 2007 volvió a The Times.