“Nos drogamos y tomamos cerveza, pero yo no vi nada ni sé del crimen”, declaró ayer Alberto “Betito” Caballero ante el juez de Instrucción Maximiliano Blejman, poco después de entregarse en el Cuarto Juzgado de Instrucción, donde pedían capturarlo como presunto partícipe del homicidio simple del barra del Club San Martín, Marcelo Andrés “Catita” Moreno (43), dijeron fuentes judiciales.

Ese crimen ocurrió el 19 de abril pasado en Catamarca al 1044 Norte, frente al barrio San Martín, en Capital, como consecuencia de viejas rivalidades. En esa vivienda vive Víctor Ariel Díaz (34 años, alias “Chino Víctor”) principal sospechoso de haber dado muerte a Moreno degollándolo luego de darle tres puntazos: dos en el cuello y uno en la nuca.

Según los voceros, Caballero aseguró que esa tarde llegó alrededor de las 18 (Moreno fue asesinado alrededor de las 14) y vio todo limpio. Que Díaz, y Emiliano Segovia (30) estaban como si nada y con ellos bebió cerveza y se drogó con cocaína. Que luego salió a buscar una entrada para ver el partido y como no le dieron (en la barra) se fue a su casa.

De todos modos quedó complicado por otros testimonios, principalmente el del propio Segovia. Este joven relató que, si bien Díaz acuchilló a Moreno, ellos le ayudaron a envolver el cuerpo en nailon y a tirarlo en una carpintería contigua. Y también a limpiar la sangre en la escena del crimen. Eso sí, negó haber ayudado a arrojar el cadáver en el contenedor de basura donde lo hallaron en llamas.

Acorralado por ese testimonio, Díaz admitió que mató a Moreno pero adujo un estado de locura (“estaba esquizofrénico”, dijo) y ahora su defensa intenta probar que no es imputable por una supuesta enfermedad mental.