La aplicación de la moderna tecnología en viveros hoy en todo el mundo es deslumbrante donde no sólo la génetica juega sino otras ciencias como la computación y la electromecánica, donde todo esta automatizado. En Argentina podemos decir que no nos hemos quedado atras, máxime cuando estamos comenzando a producir nuestras propias plantas de hortalizas y frutales evitando la importación con el riesgo que significa introducir nuevas plagas, enfermedades y virus. Tenemos los argentinos viveros con tradición y muy buenos que son controlados y fiscalizados por el Senasa y el Instituto Nacional de Semillas. Siempre el productor debe adquirir plantas de viveros controlados y desechar los de dudosa procedencia sino quiere pagar caro lo que le ofrecen como barato. En San Juan tenemos el caso reciente de un grupo de ingenieros locales Leonardo De La Vega, Rogelio Toro y el mecánico Edagrdo Galán que ganaron el premio Innovar 2009 por automatizar el riego en invernadero mediante robots. En el tema de vides y olivos, podemos citar varios ejemplos. Vivero Don Peto, de Bolzonela Hermanos, produce a campo el barbecho tradicional apoyada en una cámara frigorífica para acondicionar su humedad. Vivero Olivid, de Santiago Alvarez Hagmann tiene una moderna infraestructura con plantas madres de olivos certificadas. Vivero Amat, de la familia de Hugo Amat, fue uno de los primeros en producir en el país plantines en maceta, revolucionando el mercado. Además produce olivos y granados que se han exportado a Uruguay.
Aplicación del injerto
Desde hace unas temporadas, San Juan ya produce plantas injertadas en invernadero. El vivero Amat vendió el año pasado sus primeros plantines de uva Flame y Superior injertadas sobre vides Cereza, Crimsom y pie americano. Aunque se hacen en Mendoza a campo, en Pocito fué la primera experiencia en el país en macetas y bajo cobertura. Con ello logro mejorar el rendimiento final de plantas obtenidas, tardando 90 días y no un año como el sistema tradicional a campo. Con ello se logró abaratar el costo final de 2 dólares que cuesta la importada a 1 dólar puesta en la puerta del vivero ubicada en Pocito.
En la Argentina los viveros Las Delicias y La Productora, con sede en Mendoza, son los únicos establecimientos que venden barbechos injertados sobre pie americano. Es decir, injertan las estacas, las llevan a "camas especiales" para que formen callos y se unan, y de allí van al campo donde se cultivan durante la primavera y verano para que formen raíces, tallo y hoja. En el invierno se extraen, se acondicionan y se venden como los tradicionales barbechos. Es decir se tarda un año.
Para mejor esto, Amat decidió injertar las estacas de Flame y Superior sobre pie americano Ramsey y Poulsen y también en Crimsom y Cereza, que son europeas pero tienen gran resistencia y muy buen prendimiento. La injertación se hace ensamblando cortes tipo omega realizados con máquinas manuales. Hay que tener presente que ya se comenta que al ser dos especies distintas, con los años se forma un gran callo entre pie e injerto y la planta decae, es decir dura menos, por ello que injertar sobre las variedades Cereza o Cripson (como lo hacen en Estados Unidos) no se generaría este problema porque son de la misma especie. El porcentaje final de prendimiento con pie americano es entre el 35 al 50 % y la injertación entre pie de Cereza y Cripson fué de 50 y 75 %.
Las plantas se venden con cera que cubre el callo del injerto. Colocadas a campo, un porcentaje importante de plantas sufren roturas de sus brotes que se quiebran desde el callo por no tener un sólida soldadura natural.
Razonando como solucionar esto y mejorar el porcentaje de prendimiento, Hugo Amat decidió comenzar a producir en macetas plantines de vides americanas Poulsen y Ramsey, y europeas como Cereza, Torrontés, Criolla, Crimsom, entre otras. Y sobre ellas injertar a mano yemas de las variedades que el cliente le solicite, por ejemplo, Superior, Flame, Fiesta,etc, las que perfectamente tiene clasificada y acondicionada en su vivero. Así, en 3 semanas, los injertos prendieron en un 80 %. La planta se planta con la cinta que sujeta mejor a los brotes y no hay pérdidas a campo. Mejoró con ello mucho el precio. Hoy vale 60 centavos de dólara cada planta contra 1 dólar del sistema tradicional.
