El Gobierno griego apretó ayer aún más la tuerca del ahorro, para evitar la quiebra y convencer a acreedores y socios de que el país está dispuesto a cumplir sus compromisos, con un recorte de las jubilaciones y una nueva reducción del número de funcionarios.
Tras una intensa reunión de más de 6 horas, el Consejo de Ministros anunció las nuevas medidas que, además de la rebaja de jubilaciones y la drástica reducción de funcionarios, incluye más impuestos y una reforma fiscal que hará que quienes menos ganan, tengan también que pasar por la caja del Estado.
Así, las jubilaciones partir de 1.200 euros se verán reducidas en un 20%, mientras que los jubilados con menos de 55 años tendrán que despedirse del 40% de sus retribuciones.
El Ejecutivo anunció también que unos 30.000 trabajadores públicos, el 3% del total, pasen este año a una “reserva”. Aunque en principio la medida prevé que esos trabajadores mantengan un salario mínimo durante un año a la espera de ver si sus servicios son de nuevo necesarios, la mayoría de analistas coincide en que hasta un 25% de ellos perderá su empleo.
En los últimos 2 años, Grecia ya ha reducido su inflado sector público en 200.000 funcionarios, aunque el objetivo es prescindir de otros 150.000 hasta el 2015, como parte de sus compromisos con la UE y el Fondo Monetario Internacional.
Además, el Gobierno ha bajado el listón de ingresos para tributar a Hacienda hasta los 5.000 euros anuales, desde los actuales 8.000, y ha anunciado un nuevo sistema de salarios “transparente, fiable y justo” en el sector público, que algunos estiman reducirá los sueldos en un 15%.
Otra de las decisiones acordadas ayer es impulsar las privatizaciones de empresas y organismos públicos, poner fin a situaciones de monopolio en algunos sectores, como los taxis, las farmacias, la abogacía o las notarías, y liberalizar el mercado laboral.
Aunque sin dar detalles ni fechas, el Ejecutivo se comprometió también ayer a impulsar las privatizaciones de empresas y organismos públicos con los que se quieren recaudar unos 50.000 millones de euros en los próximos 5 años.
Esta nueva andanada de austeridad llega tras los contactos que en los últimos dos días ha mantenido el ministro de Finanzas heleno, Evangelos Venizelos, con los representantes de la Unión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo (BCE), para aclarar si Grecia merece seguir recibiendo ayuda internacional.
El resultado ha sido que los representantes internacionales volverán a Atenas la semana que viene para concluir su informe sobre el ritmo de ajustes en Grecia, una inspección que terminó abruptamente el pasado 2 de septiembre ante la mala la marcha de las reformas y los ajustes.
Ese retorno hace pensar que la UE y el FMI accederán a entregar los 8.000 millones de euros del sexto tramo del crédito de 110.000 millones concedido en 2010, y que Atenas requiere con urgencia para poder seguir pagando pensiones y salarios.
Fuente: Efe
