Un joven obrero que trabajaba ayer al mediodía en una obra de Pocito murió trágicamente al recibir una descarga eléctrica que le provocó la caída de aproximadamente 10 metros. Sus compañeros lo auxiliaron y fue llevado al hospital, pero llegó sin vida. Hasta anoche, no se sabía si su deceso se produjo por el golpe de corriente o por las graves lesiones que sufrió en el cráneo. La familia denunció que el muchacho no tenía elementos de seguridad.
Según la familia, Luis Miguel Peña (26) les había contado hace tiempo que él y sus compañeros realizaban trabajos de electricidad sin medidas de protección. Además, hacía como cinco años que estaba en esa pequeña empresa, propiedad de Miguel Ramírez, pero en "negro", según sus tíos y hermanos.
El muchacho, que era soltero y el segundo de siete hermanos, vivía en Villa Balcarce en Santa Lucía. Desde hace algunos días realizaba tareas en una obra en la esquina de las calles Aberastain y Rawson, Villa Aberastain, en el viejo edificio donde antes funcionó un supermercado y se proyecta abrir una tienda.
La familia comentó que el joven obrero y otros compañeros realizaban el cambio de la instalación eléctrica en ese inmueble. Según la policía, el accidente laboral ocurrió ayer a las 12.50 cuando el muchacho estaba en una planta alta, como a una altura de 10 metros y sobre un costado de la propiedad que da a la calle. Supuestamente tomó un caño galvanizado para instalarlo y, en eso que lo manipulaba, recibió una fuerte descarga eléctrica de unos cables del tendido de media tensión. Sospechan que el caño metálico tocó la línea o lo acercó demasiado, provocando el golpe de corriente de lo que llaman arco voltaico.
En la Seccional 7ma. explicaron que Luis Miguel Peña después se precipitó desde lo alto y cayó de cabeza en la planta baja. Sus compañeros pidieron ayuda. Minutos después de las 13, ingresó en ambulancia al Hospital Aldo Cantoni de Pocito. Ya estaba muerto.
Ahora queda por establecer si murió por la descarga eléctrica o las heridas que sufrió en el cráneo por la propia caída. También tienen que confirmar si, como dice la familia, no había ninguna medida de seguridad en el lugar. "Lo que me dicen es que no tenían elementos de protección. Trabajaban así nomás (por la precariedad)", dijo llorando Alfredo Peña, papá de la víctima.
