Por Fabio Garbi El fútbol argentino logró su primer título cuando a la calidad sudamericana, esa que permite a sus jugadores pasar la pelota por el ojo de una aguja, le adosó la preparación física europea, pero luego perdió la brújula y privilegió a los luchadores sobre aquellos jugadores que saben gambetear. España, después de 80 años de frustraciones, hizo el camino a la inversa. A su furia le adosó la técnica sudamericana y logró con una generación de brillantes adoradores de la pelota lo que tanto ansiaba. La única verdad es la realidad. El que mejor juega a la pelota, lleva siempre las de ganar. Y sino, preguntenle a los españoles, hoy locos de alegría con justa y merecida razón.
