Por Adriana Dumandzic, licenciada en psicología (MP Nro:162) El hecho de tener un nuevo trabajo le da al sujeto la posibilidad de desarrollarse armónicamente en distintas áreas de su vida: Por ejemplo en el área económica. A esto se le agrega la creatividad, el desarrollo social y cognitivo. Hablamos del aspecto creativo y placentero del trabajo. Por eso cuando una persona desocupada o jubilada descubre esta posibilidad de poder crecer nos está mostrando aspectos resilientes, es decir, fortalezas positivas para poder enfrentar cuestiones traumáticas de pérdidas. El trabajo tiene que ser un aspecto más de la vida de la persona, porque cuando el sujeto centra toda su atención en el trabajo y lo pierde, pareciera que la pérdida es total. En cambio cuando la actividad laboral está acompañada de la familia, amigos, actividades deportivas y hobbis, éstas áreas no laborales sostienen al sujeto hasta una nueva reinserción laboral.
