Por su ubicación en el ranking del Consejo Mundial de Boxeo -está octavo- es el sanjuanino con más chances de pelear por un título mundial absoluto. Por el de antenoche en su victoria contra Lucas Baez demostró que si es elegido como adversario opcional del campeón, el japonés Toshiaki Nishioka, sus posibilidades son escasas. Mauricio ganó bien, pero peleó mal. Su mayor experiencia le permitió dosificar mejor sus energías para vencer a un atrevido y entusiasta rival al que duplicaba en peleas. Quien, sin embargo sacó a relucir falencias en el sanjuanino que limitan sus aspiraciones ecuménicas. Muñoz no tuvo continuidad ni variedad en sus ataques. Pego más y mejor, pero nunca fue netamente superior a su rival quien lo confundió tirándole el cuerpo encima y quitándole espacios de maniobra. Se lo notó lento, por momentos irresoluto. Y, además con gruesos vicios técnicos, como no utilizar la mano izquierda de apertura y lanzar golpes con la mano derecha saltando. En su afán por meter sus duros envíos se descubrió demasiado y recibió manos innecesarias. Con este nivel, entrenando en San Juan, donde su voluntad es el único control de su preparación. Donde no tiene sparrings y no hay quien le marque errores en los ejercicios técnicos, seguirá estancado e involucionará. Para potenciar sus condiciones, que son muchas, deberá dedicarse de manera más profesional. Respirar, pensar y transpirar boxeo. Es difícil porque el joven púgil tiene que mantener una familia y debe trabajar, pero si realmente quiere y pretende ingresar en el negocio que mueve muchos miles, y hasta muchos millones, de dólares, deberá sí o sí, cambiar. Así como peleó ante Báez está sólo para un nivel de cabotaje. Por Fabio Garbi
