No es el hincha número 1 de San Blas, pero es como si lo fuera, ya que estuvo ligado durante casi una vida al club de la localidad jachallera de Bella Vista.
En sus inicios como futbolista, Orlando Levis, de 53 años, jugó en la Liga Pampeana, que era independiente de la Liga Jachallera, pero con el correr de los años arribó a San Blas y nunca se fue.
Su amor por el equipo que lleva los colores de su patrono nació exactamente en 1978 y perdura hasta la actualidad, pero ahora en su función de tesorero. Orlando, que tuvo por muchos años su casa en Bella Vista junto a su esposa, vivió todo tipo de momentos en el club. De los buenos, como cuando fue parte de la comisión directiva que obtuvo la personería jurídica en 1993 y también de los malos.
‘La anécdota más triste que tengo en el club fue hace ya varios años, aunque afortunadamente la suerte estuvo de nuestro lado. En un partido de San Blas dos chicos estaban en el costado de la cancha y habían colgado un pullover en una tela para hacerse sombra, pero un alambre hizo contacto con un cable pelado y los jóvenes recibieron una fuerte descarga eléctrica. No se murieron de milagro porque salí corriendo y saqué los tapones de la caja de luz’, recordó uno de los símbolos de la institución.
